El Santo Padre se dirigió en el tercer domingo de Cuaresma, a rezar ante el ícono de la Salus Populi Romani para enfatizar su cercanía a los que sufren e implorar la protección especial de la Santísima Virgen María, publicó el Vatican News.
Sucesivamente, realizó una peregrinación a lo largo de Vía del Corso, visitando la Iglesia de San Marcello, donde se custodia el milagroso Crucifijo que en 1522 fue llevado en procesión por los barrios de la ciudad para terminar con la "Gran Peste" en Roma.