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Polonia adoptó una polémica ley sobre el Holocausto

El proyecto prevé hasta tres años de prisión o una multa a toda persona que utilice la expresión "campos de la muerte polacos" para calificar los campos de concentración nazis. Pero según Israel, este texto es un intento de negar la participación de Polonia en el exterminio de los judíos por los nazis.
 
 
El senado polaco adoptó en la madrugada del jueves una controvertida ley sobre el Holocausto que tiene como objetivo defender la imagen del país, pero que fue criticada por Israel que acusa a Varsovia de "querer reescribir la historia".
 
La ley aprobada por 57 votos a favor con 23 en contra y dos abstenciones debe ahora ser firmada por el presidente polaco Andrzej Duda para poder entrar en vigor.
 
El proyecto prevé hasta tres años de prisión o una multa a toda persona que utilice la expresión "campos de la muerte polacos" para calificar los campos de exterminio instalados por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
 
Para los polacos, el uso del término "campo de la muerte polaco" da la impresión de que su país es responsable del holocausto judío.
 
 
Según Israel, este texto es un intento de negar la participación de Polonia en el exterminio de los judíos por los nazis.
 
El miércoles Estados Unidos expresó su temor sobre las "consecuencias" de esta ley y llamó a Varsovia a reconsiderarlo.
 
"Estamos de acuerdo en que expresiones como 'campos de la muerte polacos' son inexactas, susceptibles de inducir a errores y ser hirientes", declaró la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, en un comunicado.
 
"Pero nos preocupa que ese proyecto de ley, si es promulgado, afecte la libertad de expresión y el debate histórico", agregó.
 
La ley podría tener también "repercusiones" sobre "los intereses y relaciones estratégicas de Polonia, incluso con Estados Unidos e Israel", advirtió, estimando que eventuales divisiones entre aliados "beneficien a nuestros rivales".
 
 
 
La ley está especialmente enfocada a periodistas -ya que artistas y académicos no podrán ser perseguidos-, y afecta a todas las personas “independientemente de las leyes vigentes en el lugar donde se cometa el acto”, según el texto.
 
Son habituales ya las denuncias del Gobierno polaco cuando medios extranjeros usan la expresión “campos de concentración polacos” para referirse a Auschwitz, un centro de exterminio ubicado en Polonia pero abierto y operado por los ocupantes nazis.
 
Israel mostró su malestar tanto por la medida como por el momento elegido para aprobarla, “particularmente sorprendente y desafortunado, en vísperas del Día Internacional del Holocausto”. Estados Unidos pidió a Polonia que revalúe el polémico proyecto de ley.
 
”Alentamos a Polonia a revaluar la ley a la luz de su potencial impacto en el principio de la libertad de expresión y en nuestra capacidad para ser socios efectivos”, indicó hoy la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, en un comunicado.
 
Las autoridades israelíes consideran que “no ayudará a exponer la verdad histórica y puede perjudicar la libertad de investigación, así como evitar el debate sobre los mensajes históricos y el legado de la Segunda Guerra Mundial”.
 
Estados Unidos está “preocupado” por las repercusiones de este proyecto de ley en “los intereses estratégicos de Polonia y sus relaciones, incluida la de Estados Unidos e Israel”. ”Las divisiones resultantes que podrían surgir entre nuestros aliados solo beneficiarían a nuestros rivales”, sostuvo Nauert.
 
”Todos debemos tener cuidado de no inhibir la discusión y el comentario sobre el Holocausto. Creemos que el debate abierto, la escolaridad y la educación son los mejores medios contra el discurso inexacto e hiriente”, señaló la portavoz. Estados Unidos reconoce, no obstante, que “la historia del Holocausto es dolorosa y compleja”, y asegura entender que frases como “campos de concentración polacos” son “inexactas, engañosa e hirientes.
 
Lo cierto es que la cuestión es espinosa y no son pocos los historiadores, entre ellos el controvertido polaco-estadounidense Jan Gross, que han analizado el papel, a veces activo, de los polacos en el asesinato de judíos durante la ocupación nazi, algo que aún levanta muchas ampollas en el país.
 
Gross relata en su libro “Vecinos” uno de los episodios más vergonzosos de la historia de Polonia, cuando los habitantes “gentiles” del pueblo de Jedwawne encerraron en un pajar a sus vecinos judíos, mujeres y niños incluidos, y los quemaron vivos ante la mirada impasible de los ocupantes nazis. Según este historiador, hasta 1.600 judíos perecieron calcinados en Jedwabne.
 
Al mismo tiempo, miles de polacos arriesgaron su vida para ayudar a los judíos perseguidos, como la familia Ulma, cuyos ocho miembros fueron asesinados por los nazis en 1944 por intentar salvar a un grupo de judíos.
 
El director del museo dedicado a la familia, Mateusz Szpytma, explicó a Efe que gracias a los polacos gentiles que se arriesgaron, “entre 30.000 y 40.000 polacos de religión hebrea lograron escapar de la persecución nazi”.
 
”Los alemanes asesinaban a los judíos y a los polacos que los socorrían y, a pesar de eso, hubo polacos que arriesgaron su vida para ayudarles, aunque tampoco hay que olvidar que hubo situaciones contrarias y crueles, y eso no tenemos por qué negarlo”, reconoció Szpytma.
 

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