Se trata de un local de venta de cigarrillos electrónicos en los suburbios de la ciudad belga de Charleroi. Su propietario, Didier, contó que seis personas armadas entraron en su tienda a mitad de la tarde exigiendo dinero.
En un intento por calmar la situación, Didier le dijo al grupo que volviera al final del día cuando tendría más dinero en la caja.
"Les dije claramente que las 3 p.m. no es la mejor hora para robar un local", dijo Didier. Luego les dijo: "Se llevarán 1.000 dólares, pero si vuelven por la noche, podrían llevarse más".
De forma increíble, el grupo se fue y Didier pudo llamar a la policía. "No eran los más brillantes", dijo Didier, quien añadió que la policía no pensó que regresarían.
Pero a las 5:30 p.m., el grupo regresó. Didier hizo la jugarreta de nuevo y le dijo al grupo que aún no era la hora del cierre. "Los regañé diciéndoles 'tienen que comprarse un reloj'. Dije: 'son las 5:30, no las 6:30', y ellos se fueron", contó.
Cuando el grupo regresó por tercera ocasión, policías vestidos de civil los estaban esperando para detenerlos.
Cinco personas fueron arrestadas, incluyendo un menor, de acuerdo con medios locales. El sexto presunto criminal escapó.