Cristina Kirchner puso en la mira de los sospechosos a otro integrante de la denominada “banda de los copitos”, cuyo líder, Nicolás Carrizo, está detenido por el intento de asesinato contra la Vicepresidenta. Se trata de Sergio Orozco, quien trabajaba junto a Brenda Uliarte y Fernando Sabag Montiel, la pareja acusada de ser coautora del intento de crimen. Según revelaron a Infobae fuentes judiciales, la querella solicitó esta mañana a la jueza María Eugenia Capuchetti que llame a declarar a Orozco a indagatoria. Y también la convocatoria de otra de las jóvenes que hablaba con Nicolás Carrizo.
“Estoy hasta las manos”, dice Orozco en una de las conversaciones que tiene con Carrizo el domingo 4 de septiembre, apenas un rato después de que hubieran detenido a Brenda Uliarte, según pudo saber este medio. En otro tramo del diálogo le dice: “No quiero ser investigado tan pronto”. Por esas horas decía que lo había apurado un vecino y lo quería entregar. Entre la detención de Fernando Sabag Montiel y su novia, Orozco fue uno de los “copitos” que estuvo con Brenda Uliarte ese fin de semana.
Orozco estuvo inicialmente en la mira de los investigadores, pero nunca dejó de ser un testigo. Así declaró como el resto del grupo de Carrizo el 5 de septiembre tras la detención de Brenda.
El dato sobre el pedido de la querella para que indaguen a Orozco se conoció casi por casualidad durante la audiencia de excarcelación en la Cámara Federal en la que estuvo presente Infobae. Es que allí la defensa de Carrizo se quejó porque la jueza no había llamado a declarar como testigos a varias personas propuestas para esa parte y frente a eso aportó una declaración que “Checho” Orozco había hecho en una escribanía diciendo que aquella noche su amigo estaba haciendo chistes después del atentado contra Cristina. “Carrizo habló con su hermana. Era un tema serio. Estábamos nerviosos, pero hacíamos chistes. En un momento (Carrizo) dice ‘mi hermana se lo está creyendo’”, leyó el abogado Gabriel Marano.