A la grieta en el marco político, que divide al Frente de Todos por dentro en una batalla entre kirchneristas y “albertistas” que pareciera recrudecer minuto a minuto, pareciera sumarse la económica, que deja en evidencia una notable distancia entre una sociedad atravesada por la pobreza y la inflación por un lado, y una clase política que no detiene su voracidad por lujos por el otro.
Lo ocurrido en las últimas horas en San Miguel de Tucumán pareciera tratarse de una muestra gratis de ésta última escena. Bajo el expediente número 439-955-RA-2022, el Defensor del Pueblo de Tucumán, el ingeniero eléctrico y docente de la Universidad Tecnológica Nacional Eduardo Cobos, salió a la compra de cuatro vehículos nuevos para su repartición.
De acuerdo a fuentes oficiales, la Defensoría del Pueblo ya contaría con vehículos que se encuentran funcionales y en buen estado, por lo que la decisión de Cobos carecería de fundamentos.
Lejos de tratarse de pequeños vehículos utilitarios, Cobos salió a la búsqueda de tres lujosas camionetas Ford Ranger XL 4x4 y una Mercedes Benz Sprinter cero kilómetro, por las que gastará unos 29.5 millones de pesos que saldrán, naturalmente, de las arcas públicas.
De un modo insólito, el Defensor del Pueblo de Tucumán, que debiera velar por los intereses de los ciudadanos tucumanos, pareciera no tener problemas en gastar una suma millonaria de dinero en sumar lujos y comodidades a su repartición.
Fuente: Real Politik