Figueredo, un albañil de 20 años apodado “Tila”, que permanece detenido en la alcaidía, había sido condenado por el juez de control, Gabriel Tedín, el 20 de diciembre del año pasado, a tres años de cumplimiento efectivo por robo agravado por el uso de arma cuya aptitud para el disparo no pudo ser acreditada.

 

En esa oportunidad se le revocó la condicionalidad de otra pena de tres años en suspenso, impuesta el 28 de junio de 2016 por el propio Ralli, por los delitos hurto simple, robo agravado por el uso de arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudo ser acreditada –en dos ocasiones–, lesiones leves y robo simple –en dos oportunidades–, y se unificaron ambas con otra condena del Tribunal de Audiencia, del 14 de agosto de 2015, a cuatro años y ocho meses por lesiones graves en riña agravadas por el uso de arma de fuego, en una pena única a cinco años y dos meses de prisión. En todos los casos –excepto éste último– se trató de juicios abreviados.

 

La resolución de Ralli de hoy fue consecuencia de un abreviado solicitado por el fiscal Facundo Bon Dergham, el defensor oficial Pablo De Biasi y el propio imputado, quien admitió la autoría del robo. El damnificado, al ser informado por la fiscalía, también prestó su conformidad.

 

Con las pruebas reunidas en el expediente, el juez dio por probado que el 24 de abril de 2015, a la noche, y tras ejercer fuerza sobre la puerta principal de acceso a una vivienda de la calle Maestros Salesianos, Figueredo “sustrajo una play station III con dos joystick –uno inalámbrico y otro con cable– y un juego en el interior, una computadora de escritorio y un mouse”.

 

Entre esos elementos probatorios se incluyó un informe de la División Criminalística (Sección Rastros y Necropapiloscopía) indicando que en la puerta balcón que divide el living del comedor de la casa, se halló “una huella dactilar compatible con el dígito pulgar de la mano derecha de la ficha decadactilar” del acusado.