“Es mi cumpleaños y lo festejé matando a mi abuela” dijo el asesino al llamar al 911. Instantes después, los agentes del Comando de Patrullas, coordinados por el comisario Ricardo Astopini, corroboraron el hecho y lo atraparon.
Valentina Peralta era una empleada doméstica que tenía tres hijos y cuatro nietos. El mayor de ellos, de nombre Matías y de oficio parquero, residía con ella en una habitación separada, aunque la relación entre ambos no era buena. Solían discutir y de acuerdo a los voceros consultados, en más de una ocasión él la habría golpeado, motivo por el cual ella lo había denunciado.
La situación se descontroló en la víspera, cuando aparentemente el muchacho quiso ingresar a la casa y la mujer no lo dejó. “Estaba alcoholizado y también habría consumido pastillas”, contó un vecino.
El homicida logró entrar a la vivienda pasadas las 19.30, sorprendió a la damnificada sentada en el sillón del living y la sometió a una verdadera paliza con un elemento contundente. “Le pegó en la cabeza hasta matarla”, se lee en el parte oficial.