Estados Unidos detuvo un envío de bombas a Israel la semana pasada por temor a que el Estados judío se estuviera acercando a una decisión de lanzar un asalto a gran escala contra la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, en contra de los deseos de Washington, dijo un alto funcionario de la administración.
Se suponía que el envío constaría de 1.800 bombas de 2.000 libras (900 kilogramos) y 1.700 bombas de 500 libras (225 kilogramos), según el funcionario, que habló bajo condición de anonimato para discutir el delicado asunto.
Lo que más preocupa a Estados Unidos son los explosivos más grandes y cómo podrían usarse en un entorno urbano denso. Más de un millón de civiles se están refugiando en Rafah después de evacuar otras partes de Gaza en medio de la guerra de Israel contra Hamas, que se produjo después del mortal ataque del grupo militante contra Israel el 7 de octubre.
Históricamente, Estados Unidos ha proporcionado enormes cantidades de ayuda militar a Israel. Eso sólo se ha acelerado tras el ataque de Hamas del 7 de octubre que mató a unas 1.200 personas en Israel y provocó que unos 250 fueran capturados por militantes. La pausa en el envío de ayuda es la manifestación más llamativa del creciente desacuerdo entre el gobierno del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y la administración del presidente Joe Biden, que ha pedido a Israel que haga mucho más para proteger las vidas de civiles inocentes en Gaza.