La técnica para crear coronavirus en laboratorio
Fue en mayo del 2021 cuando 18 de los más destacados virólogos del planeta pidieron una investigación del posible origen artificial del SARS-CoV-2, en una carta abierta a la revista 'Science'. Entre los firmantes destaca Ralph Baric, eminencia de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill. Baric trabajó con Shi Zhengli, la experta en coronavirus de murciélago del Instituto de Virología de Wuhan.
En el año 2015 Baric y Shi Zhengli publicaron un estudio sobre la técnica de 'genética inversa' que les había permitido dar vida a un virus a través de su ADN para luego manipularlo y crear un coronavirus artificial. Para crear este nuevo patógeno habían utilizado la 'espina dorsal'' del virus SARS y la proteína espiga de otro coronavirus de murciélago muy parecido, llamado SHC014. Las pruebas de laboratorio con células humanas mostraron que este coronavirus artificial tenía una gran capacidad infecciosa en humanos.
Aunque el estudio quería de relieve la amenaza de estos coronavirus para el ser humano y servir de base para encontrar posibles tratamientos o vacunas, causó bastante polémica en parte de la comunidad científica que alertó sobre el peligro de la creación de amenazas víricas en laboratorio, unas amenazas que previamente no existían de forma natural. Además, se ponía el foco en la posibilidad de que estos peligrosos virus escapasen del control de laboratorio, a pesar de que el estudio se había realizado en un laboratorio con seguridad BSL-3, el segundo más seguro para la contención de virus.
En Wuhan se crearon ocho coronavirus artificiales
Se sabe que después de publicar dicho estudio con Ralph Baric, la doctora Shi Zhengli siguió realizando el mismo tipo de experimentos con la técnica de genética inversa en el Instituto de Virología de Wuhan, un laboratorio calificado como BSL-2 (un escalón por debajo en seguridad del anterior). Aquí, la doctora Shi Zhengli, junto con el zoólogo británico Peter Daszak, trabajaban en la recolección y almacenaje de la mayor colección de coronavirus de murciélago, muy abundantes en el sureste de China y los países vecinos.
La doctora Shi Zhengli y el zoólogo Peter Daszak, como ellos mismo han confirmado en los resultados de sus estudios, crearon en Wuhan ocho clones del virus WIV1, al que añadieron las espigas de nuevos coronavirus hallados en cuevas de murciélagos. Según sus propias conclusiones, al menos dos de estos nuevos patógenos resultantes "se reprodujeron muy bien en células humanas". El virus WIV 1 es el 'pariente' más cercanos del SARS-CoV-1, causante de la pandemia que entre 2002 y 2003 que infectó a 8.000 personas.
Muchos virólogos han alertado sobre estos experimentos, denunciando que se hayan realizado en el laboratorio de Wuhan con seguridad BSL-2, un nivel de seguridad, en palabras de algunos virólogos, "similar a la de la consulta de un dentista".
Un nuevo estudio respalda el origen del covid19 en el mercado de Wuhan
A pesar de todo esto, un nuevo estudio publicado en la revista 'Science' por el investigador Michael Worobey, experto en evolución de virus de la Universidad de Arizona (Estados Unidos), ha revelado el primer caso conocido de covid19, una pescadera del mercado mayorista de mariscos de Huanan, en Wuhan, lo que apoyaría la tesis de que aquí estuvo el origen de la enfermedad en humanos.
Investigando los registros sanitarios y los datos genómicos y epidemiológicos de los primeros días de la covid19, este científico estadounidense ha elaborado una imagen detallada de los primeros acontecimientos que desembocaron en esta pandemia mundial. De acuerdo con su análisis, esta vendedora de mariscos enfermó el 11 de diciembre e informó ese mismo día a las autoridades de varios posibles casos de covid19 en clínicas y hospitales que estaban cerca del mercado de Huanan.
Junto a esto, Worobey ha descubierto una discrepancia en el informe de China y la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el origen de la pandemia. Según este documento, un paciente sin conexión con el mercado había sido considerado el caso más temprano conocido, al haber presentado síntomas el 8 de diciembre de 2019.
Sin embargo, este nuevo estudio ha evidenciado que ese paciente en realidad no presentó los síntomas hasta una semana después, el 16 de diciembre de 2019, lo que "cambia drásticamente el cuadro presentado por el informe de China y la OMS" y hace que esta pescadera de Huanan se convierta en el primer caso conocido.
"El caso del 8 de diciembre ha sido utilizado por los defensores de la teoría de que el virus salío de un laboratorio para argumentar que el SARS-CoV-2 no pudo haber surgido en el mercado, ya que el caso más temprano no tuvo exposición allí. Además, les ha llevado a afirmar que la pandemia comenzó en las instalaciones del Instituto de Virología de Wuhan, ya que esas están cerca de donde esta persona vivía y compraba. Pero está claro que este paciente enfermó después de que se notificaran los primeros casos en Huanan, por lo que el virus ya circulaba en ese momento", explica Worobey.
Así, a través de un análisis metódico, aporta pruebas que disipan la teoría de que el virus se filtró desde un laboratorio de investigación. Worobey considera, de hecho, que la fuente "más probable" del origen del coronavirus es el mercado de Huanan.