En cambio, hay un plazo fijo que le gana, que es el UVA, que está atado a la inflación y que además paga hasta 5 puntos extra publicó hoy El Cronista.
Esto fue uno de los incentivos para que el stock de depósitos atados a la inflación ascendiera a $ 13.000 millones, casi 10 veces más que los $ 1400 millones de hace un año atrás, según cifras del Banco Central.
Un dato relevante es que el 83% del total corresponde a depósitos mayoristas, de más de $ 1 millón, lo que es un síntoma que los grandes inversores lo están viendo como un instrumento atractivo. Para calcular cuánto pagará este instrumento a 90 días, se toma el costo de vida del mes pasado de 2,7% que dio el Indec, el de este mes y el del próximo.
Diego Giacomini, de Economia y Regiones, calcula un 3,3% para mayo, mientras Fausto Spotorno, director de Research del Centro de Estudios Económicos de OJF, pronostica 2,4% para mayo y 2% para junio.
Luis Secco señala que "mayo había arrancado tranquilo con inflación algo más baja que abril. Eso ayuda para que el número arranque con 3 o ahí cerca de 3. Junio podría repetir otro 3%. Pero entre los dos meses vas a tener un 6% de inflación". Según esta perspectiva, en estos tres meses la inflación sería 8,7%, que anualizado daría 34,8%.
Una tasa del 40% anual
Este trimestre es el que se toma en cuenta para quien hace hoy un plazo fijo en UVA a 90 días, con la ventaja de que el que más paga, el Nación, da 5 puntos extra (seguido por el Itaú, con 4,07% y por el Banco Porvincia, con 4,04%), con lo que se estaría ganando casi 40% anual, por encima de la Lebac bruta, sin descontarle las comisiones que cobran tanto los bancos como los agentes de bolsa.
El Nación, de hecho, tiene 23.431 plazos fijos en UVA a seis meses por $ 886 millones, y 7010 plazos fijos en UVA a 90 días por $ 665,7 millones.
Como parámetro, los plazos fijos CER ajustados por inflación fueron hasta el 2006 un quinto del total de los depósitos del sector privado, hasta que el Indec fue confiable, con lo cual está demostrado que hay una demanda latente.
Para Mariano Sardáns, CEO de FDI, sería importante estructurar un mercado secundario de plazos fijos para que la gente se anime al UVA con la posibilidad de poder salir antes de los 90 días, ya que la gente se pone nerviosa con la volatilidad del dólar: "Ya hay antecedentes de esto, cuando en 2002 se hizo el mercado de Cedros, que eran los plazos fijos acorralados que se compraban y vendían para la cancelación de deudas bancarias y tributarias".
Milagro Medrano, gerenta de Relaciones institucionales y atención al cliente de Banco Macro, subraya que el plazo fijo tradicional tiene dos ventajas: "La primera es que han subido fuertemente las tasas en las últimas dos semanas, con lo cual en términos comparativos con aquellos que venían renovando, un cliente ha renovado plazo fijo a 6 o 7 puntos más que lo que renovó el mes pasado. Este punto genera de por sí una muy buena sensación y deseo de renovar. En segundo lugar, el plazo fijo tradicional se puede renovar a 30 días, y el UVA en las mayoría de los bancos requiere tasas más largas, 90 o 180 días, depende del banco".
A su juicio, "frente a una tasa variable que es la inflación, que aún no está totalmente clara, es una apuesta. Si la inflación es baja el ahorrista va a perder contra el plazo fijo tradicional. Si se apuesta a que la inflación será alta, los resultados pueden ser mejores. Pero es una apuesta a mediano plazo. Un cliente minorista tradicional está más cómodo con algo certero y a corto plazo".