Estos incrementos podrían darse debido a que en la fórmula de evolución de precios de los combustibles que fijó el ministro de Energía, Juan José Aranguren, con las operadoras petroleras, dos factores clave que determinan esa fórmula son la evolución internacional del crudo y la marcha del dólar.
Los importes de los combustibles surgen de un acuerdo entre los productores y los refinadores de petróleo. Para todo este año, se fijó un esquema de revisiones trimestrales, que fue consensuado por el Ministerio de Energía y las operadoras petroleras. Para definir ese cálculo, se tienen en cuenta la cotización del peso frente al dólar, el valor del barril de petróleo crudo internacional más sus variedades locales y el de los biocombustibles.
La devaluación del peso frente al dólar fue el factor que mayor incidencia tuvo en el último aumento. La moneda estadounidense estaba a $ 15,60 el 1º de abril pasado, durante la revisión anterior, y días atrás cerró a $ 16,88. Esta depreciación del 7,2% es lo que trasladarán las petroleras a sus productos. Muchos esperan una nueva devaluación del peso frente al dólar en los próximos meses. Se trata de un reclamo de toda la cadena exportadora industrial y del propio agro.
Enabril pasado, cuando el dólar estaba planchado o con un leve descenso, el ministro de Energía anunció un descenso del 0,1% en las naftas y del 2,6% en el gasoil. En plena campaña electoral, desde el Gobierno prefirieron no hacer comentarios oficiales sobre los aumentos.
Hasta ahora, el único aumento que habían aplicado las petroleras fue del 8% en enero de este año. Ahora, se sumó este 7,2%, que durará hasta septiembre próximo. De esta forma, la recomposición de los combustibles fue del 15% en 9 meses. En el sector sostienen que esa suba sigue por debajo de la inflación.
Además, para YPF, el principal jugador del mercado, el incremento de los precios representa un alivio en sus cuentas que le permitirá mejorar sus números, al igual que a toda la cadena de estaciones de servicio cuya rentabilidad en un contexto de alta inflación venía muy castigada en la última década.
Otro factor a tener en cuenta es que en el sector ruegan por la recuperación de los precios internacionales del crudo, un elemento vital para impulsar Vaca Muerta: el barril que llegó a superar los U$S 100 en la década pasada, se derrumbó abruptamente hasta los U$S 30 a partir del 2014, lo que generó un parate total de la actividad. En la última revisión el precio del petróleo fue de U$S 46,04 el barril en el caso del WTI.
Además de las referencias de precios de los crudos, hay otras variables que se consideran para analizar el precio de los combustibles como los componentes vegetales (bioetanol y biodiésel) que forman parte del 12% de la composición de las naftas y el 10% del gas-oil.
Por su parte, fuentes oficiales del Ministerio de Energía reconocieron que frente a la próxima revisión tarifaria trimestral, “se verá”. Desde el Ministerio de Energía prefirieron evitar pronósticos frente a la próxima revisión de precios.