Aunque todavía no hay una resolución oficial y recién el miércoles será la reunión de Comité Ejecutivo, la Superliga cada vez tiene más chances de retrasar su reanudación, prevista para el fin de semana del viernes 24 de enero.
Todo nació por el pedido de la mayoría de los clubes implicados, que pidieron demorar el inicio para que no coincida con el preolímpico, que definirá dos pasajes para los Juegos Olímpicos de Tokio. La idea es no resentir a los equipos que cedieron jugadores. Claro, ante esto, algunos, como River, pusieron el grito en el cielo porque quieren arrancar ya.
Si la moción prospera el torneo comenzaría el primer fin de semana de febrero y las dos primeras fechas -estaba programado jugar entre semana la 18- se pasarían como cierre de campeonato. Es decir, se arrancaría directamente por la 19ª fecha, y quedarían la 17ª y 18ª para después de disputar la 23ª.
A todo esto sí se jugará el pendiente entre Independiente y River, pautado para el domingo próximo, así se libera un poco el calendario y comienzan con todos al día.
Estas modificaciones traerían además, cambios en la Copa de la Superliga, que dejaría de tener semifinales -en principio ida y vuelta- y solo se disputaría la final entre el ganador de cada zona, algo similar al torneo que Lanús le ganó a San Lorenzo en 2016.