Defensora del odio contra los hombres, a los que consideraba opresores
Beauvoir es especialmente famosa por su libro “Le Deuxième Sexe” (El segundo sexo), escrito en 1949 y publicado al año siguiente. En él se trazan las líneas maestras de lo que años más tarde se convertirá en el feminismo de género. Se encuentra en él, por ejemplo, el odio al hombre, al que señala como opresor de la mujer, y el rechazo a la familia, a la que considera una herramienta de opresión:
“El hombre ha logrado sojuzgar a la mujer, pero en esa medida la ha despojado de lo que hacía deseable su posesión. Integrada en la familia y la sociedad, la magia de la mujer más se disipa que se transfigura; reducida a la condición de sirviente, ya no es esa presa indomada en la cual se encarnaban todos los tesoros de la Naturaleza.”
Defendió el aborto obviando cualquier consideración científica
El libro también contiene un nutrido repertorio de falacias con las que Beauvoir defendía el asesinato de hijos por nacer como un derecho de la mujer, unas falacias que los grupos abortistas han venido repitiendo como loros desde entonces. La ideóloga feminista llegó a tachar de “humanitarismo intransigente” la defensa del derecho a vivir de esos hijos (no deja de ser una paradoja leer ahora a algunos medios presentándola como una “defensora de los derechos humanos”:
“Las razones prácticas invocadas contra el aborto legal carecen de peso; en cuanto a las razones morales, se reducen al viejo argumento católico de que el feto posee un alma a la cual se le cierra el paraíso al suprimirlo sin bautismo. Es notable que la Iglesia autorice, en ocasiones, el homicidio de hombres hechos: en las guerras, o cuando se trata de condenados a muerte; pero, en cambio, reserva para el feto un humanitarismo intransigente.“
Es curioso ver que en este párrafo Beauvoir justificaba el asesinato de inocentes en la doctrina católica sobre la guerra justa, basada en el derecho a la legítima defensa, un derecho universalmente aceptado, y no sólo por los católicos. El argumento de Beauvoir es tan cínico como defender el asesinato de un adulto alegando que los polacos, belgas y franceses también mataron a alemanes cuando éstos invadieron su país… Es curioso observar que Beauvoir ni siquiera se detenía a considerar el conocimiento científico sobre el inicio de la vida: lo obviaba sin más, como hoy siguen haciendo muchas de sus seguidoras.
Demonizó el embarazo y tachó de ‘parásito’ al hijo por nacer
Pero Beauvoir no se limitaba a defender el aborto. Además, demonizó el embarazo y tachó al hijo por nacer de “parásito” y acusándole de explotar a la mujer. Ella misma decidió no tener hijos, por motivos ideológicos. Esto escribía al respecto en el citado libro: “el embarazo es, sobre todo, un drama que se representa en el interior de la mujer; ella lo percibe a la vez como un enriquecimiento y una mutilación; el feto es una parte de su cuerpo y es también un parásito que la explota; ella lo posee y también es poseída por él; ese feto resume todo el porvenir, y, al llevarlo en su seno, la mujer se siente vasta como el mundo; pero esa misma riqueza la aniquila, tiene la impresión de no ser ya nada. Una existencia nueva va a manifestarse y a justificar su propia existencia, por lo cual se siente orgullosa; pero también se siente juguete de fuerzas oscuras, es zarandeada, violentada.“
Poniéndose a sí misma como modelo a seguir, y a pesar de no haber sido madre, despreció las facultades maternas presentándolas como un sufrimiento: “engendrar, amamantar, no constituyen actividades, son funciones naturales; ningún proyecto les afecta; por eso la mujer no encuentra en ello el motivo de una altiva afirmación de su existencia; sufre pasivamente su destino biológico.“
Negó el origen biológico de las diferencias sexuales
Beauvoir también formuló una de las bases de la ideología de género actual: la afirmación anticientífica de que el sexo carece de fundamento biológico: “No se nace mujer: se llega a serlo”, afirmó en el citado libro. “Ningún destino biológico, psíquico o económico define la figura que reviste en el seno de la sociedad la hembra humana; es el conjunto de la civilización el que elabora ese producto intermedio entre el macho y el castrado al que se califica de femenino.“ Este disparate, defendido de forma marginal por ideólogos marxistas durante décadas, ha sido hoy asumido incluso por partidos que de derechas, y está sirviendo para criminalizar y perseguir a todos los que defienden un hecho científico como es el origen biológico de las diferencias entre hombre y mujer.
“Toda mujer es homosexual por naturaleza”, afirmó
En línea con lo anterior, y a pesar de que ella mantuvo relaciones con hombres, su pensamiento misándrico llevó a Beauvoir a plantear el lesbianismo como lo natural en la mujer, nuevamente poniendo su propia vida como referencia (pues mantuvo relaciones lésbicas con diversas mujeres, incluso con menores): “La homosexualidad de la mujer es una tentativa, entre otras, para conciliar su autonomía con la pasividad de su carne. Y, si se invoca a la Naturaleza, puede decirse que toda mujer es homosexual por naturaleza“. Ésta es una de las ideas más repetidas hoy por el feminismo radical.
Defendió a la URSS como el país más feminista en pleno régimen de Stalin
Todo este proyecto ideológico era enmarcado por Beauvoir en la ideología socialista. En plena dictadura de Stalin, la escritora feminista se deshacía en elogios a la Unión Soviética: “Es en la URSS donde el movimiento feminista adquiere la máxima amplitud”, afirmaba en el citado libro. Y añadía: “Son las resistencias del viejo paternalismo capitalista las que impiden en la mayoría de los países que esa igualdad se cumpla concretamente: se cumplirá el día en que esas resistencias sean destruidas. Ya se ha cumplido en la URSS, afirma la propaganda soviética. Y cuando la sociedad socialista sea una realidad en el mundo entero, ya no habrá hombres y mujeres, sino solamente trabajadores iguales entre sí“. Y esto lo decía en apoyo de una ideología que estaba sembrando la opresión, el terror y la miseria en media Europa.
Beauvoir firmó un manifiesto pidiendo legalizar la pederastia
Hay otros aspectos del pensamiento y de la actividad política de Simone de Beauvoir que hoy en día son ocultados de una forma sorprendente. En sus entradas en la Wikipedia en español, en inglés y en francés no hay mención alguna a este hecho. Sin embargo, el diario izquierdista francés Libération, fundado por Jean-Paul Sartre (que fue pareja sentimental de Beauvoir) recordaba el 23 de febrero de 2001 un hecho ocurrido en 1977. En enero de ese año tres hombres fueron juzgados en Francia por abusar sexualmente, pero sin violencia, de menores de 15 años. El diario Libération publicó un manifiesto reclamando el “reconocimiento del derecho del niño y adolescente a mantener relaciones con personas de su elección”. Simone de Beauvoir fue una de las firmantes de esa carta que defendía la legalización de las relaciones pedófilas, carta publicada también por el diario Le Monde el 26 de enero de 1977.
Despedida por corromper a una alumna menor de edad
El respaldo de Beauvoir a la legalización de la pedofilia no era casual. Como recordó Andy Martin en The New York Times (medio también progresista) el 19 de mayo de 2013, la ideóloga feminista fue despedida de su trabajo como profesora en 1943 por corromper a una alumna menor de edad. Alguien podría pensar que el despido se debió a causas políticas, pero el hecho es que Beauvoir había colaborado con Radio Vichy, una emisora del régimen colaboracionista de Pétain ; un hecho que ella misma reconoció en sus memorias. Martin también recuerda que siendo pareja sentimental de la escritora, “Jean-Paul Sartre desarrolló un patrón, al que llamaron el “trío”, en el cual Beauvoir seducía a sus estudiantes y luego se los pasaría a Sartre“. Por otra parte, en agosto 1959 la revista Esquire publicó un controvertido ensayo de Beauvoir titulado “Brigitte Bardot y el síndrome de Lolita”, en el que la escritora feminista se mostraba fascinada por el aspecto infantil de la actriz.