
Hace 37 años la Junta Militar argentina iniciaba la Guerra de Malvinas. Los dictadores que violaron sistemáticamente los derechos humanos en todo el país, quisieron recuperar las islas utilizando el único camino que conocían: el de las armas. Pero los mismos militares que torturaron, violaron, robaron niños, arrojaron cuerpos al mar y desaparecieron a miles de personas en Argentina, fueron humillados en el campo de batalla de la única verdadera guerra que lucharon. La derrota fue el principio del fin del régimen y la democracia nació de esas cenizas.
Nadie en la Argentina actual puede establecer algún punto de contacto entre la dictadura militar y los gobiernos democráticos que se iniciaron en 1983. En Malvinas, en cambio, las cosas no parecen haber cambiado: los kelpers siguen acusando a los argentinos por los crímenes cometidos por la Junta Militar. Solo así es posible entender por qué hoy, a casi cuatro décadas de la finalización de la guerra, en las Malvinas sea un "crimen" hacer flamear una bandera argentina.
El 21 de marzo pasado ocho ex combatientes argentinos se convirtieron en los primeros argentinos en ser arrestados en Malvinas por portación de bandera. La documentación oficial a la que tuvo acceso Perfil señala que fueron detenidos por mostrar "comportamiento inadecuado o insultos". Fueron acusados de enarbolar insignias argentinas con la imagen de las islas debajo de la leyenda “Territorio Argentino”.

Sin embargo, la embajada de Gran Bretaña en Buenos Aires y el gobierno de las islas aseguran que los ex combatientes argentinos no fueron detenidos. La comunicación oficial del gobierno británico aclara que fueron puestos "en custodia" y el detective Sergeant Barney Allkcock, a cargo del operativo en Malvinas, aseguró al Penguin News, el principal medio de las islas, que los argentinos fueron trasladados al Departamento de Policía de las islas pero que fueron tratados con "dignidad".
En Malvinas no existe formalmente una ley que prohíba la exhibición de banderas argentinas. Sería absurdo pensar en una legislación de ese tipo que viola los principios del derecho internacional, ya que los colores patrios de Argentina son aceptados por caso, por las Naciones Unidas. Por esa razón es alarmante descubrir que el Ministerio de Relaciones Exteriores no se haya comunicado hasta el momento con los ex combatientes detenidos.
Por otra parte, desde Cancillería confirmaron a Perfil que no se hará una protesta formal contra Gran Bretaña. "El territorio está en disputa, con un gobierno que nosotros no reconocemos que impone, nos guste o no, las reglas de ese lugar –aclararon desde el Palacio San Martín–. Cuando un argentino aterriza en Malvinas, se le entrega un instructivo con las reglas a las que debe ajustarse. Y una de esas normas es no realizar cantos, pintadas ni desplegar banderas argentinas conteniendo dibujos".
El protocolo al que se refieren los diplomáticos de Mauricio Macri fue elaborado por autoridades de las Malvinas junto a la Comisión de Familiares de Caídos y con el aval de funcionarios del gobierno argentino, entre los que había representantes de Cancillería y de la Secretaría de Derechos Humanos. Tiene el inquietante título de "Reglas de comportamiento y recomendaciones durante una visita al Cementerio Militar Argentino de Darwin".
Allí se detalla cuáles son las pautas de convivencia que debe respetar un argentino en Malvinas. "Si se desease sostener una bandera desplegada con las manos se deberá sostener la misma hasta una altura máxima de la cintura –advierte el protocolo–. Sostener la bandera por encima de esa altura es considerado una muestra con fines políticos y no está permitido".
Arrestado en Malvinas
Luis Alberto Escobedo es santiagueño y tiene 57 años. Es un ex futbolista que pasó por muchos equipos del fútbol argentino que supo jugar en Vélez, Belgrano de Córdoba, Colón y Los Andes, entre otros clubes de primera división. A los 19 años, mientras hacía el servicio militar, fue trasladado a las islas y allí combatió en 1982 contra las fuerzas británicas.
"Fuimos al Cementerio de Darwin, que está en una zona inhóspita y desértica, a unos 60 kilómetros de la ciudad. Hicimos un minuto de silencio por los compañeros caídos y después cantamos el Himno argentino y lanzamos frases como ¡Viva la Patria! –expresó Escobedo a Perfil–. Además, exhibí una bandera que llevo siempre con la imagen de las Islas y la frase Territorio Argentino. En ese momento estaba en el cementerio un periodista austríaco que había llegado en un auto manejado por un kelper, que nos miraba atentamente".
Al otro día, las fuerzas de seguridad golpearon la puerta de Escobedo y otros siete ex combatientes. Por medio de un traductor, los argentinos supieron que los iban a requisar. Tuvieron que esperar en el lobby del hotel. Y no pudieron evitar que la policía de las islas les incautara objetos personales de sus habitaciones, entre los que estaban las banderas argentinas, tal como se observa en la documentación a la que accedió Perfil. También se llevaron sus pasaportes, los celulares, las cámaras de foto, la ropa y otros objetos personales. En la sede policial les tomaron las impresiones de las huellas dactilares y le sacaron fotos de frente y de perfil.

María Fernanda Araujo es presidenta de la Comisión de Familiares. Su hermano Eduardo está enterrado en Darwin. María Fernanda quiere que su hermano siga descansando en las Malvinas “para que siempre esté presente en ese suelo”. Ella fue una de las artífices del protocolo y sostiene que a pesar de la claudicación a la que fueron sometidos los familiares, es la única forma que pueden seguir yendo a las islas. "Hace muchos años que pedimos por un mástil para que pueda izarse la bandera argentina en el Cementerio de Darwin. Pero hasta ahora no hemos logrado que nos lo autoricen", comentó Araujo a Perfil.
Ocurre que en Malvinas las banderas argentinas están prohibidas. A 37 años de la guerra.