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La Justicia intimó a la Iglesia que informe sobre los abusos en el Instituto Próvolo

Fuente: Diario Uno - MDZol
La declaración ante la Justicia de Mendoza del enviado del papa Francisco, quien tiene la misión de investigar y esclarecer internamente los abusos sexuales en el Instituto Antonio Próvolo en Carrodilla no fue justamente un acto pleno de armonía y concordia. Al contrario, la testimonial del vicario Dante Simón tuvo un momento de altísima tensión, cuando el fiscal de Luján-Maipú Flavio D'Amore, en tren de imponer su autoridad, le leyó al sacerdote el artículo del Código Penal sobre el falso testimonio.
La audiencia, que se extendió por cinco tediosas horas, concluyó con la orden e intimación de la Fiscalía al vicario judicial enviado por el Vaticano de informar, antes del sábado, los detalles de la investigación propia que está realizando la Iglesia Católica.
 
La pulseada entre el clérigo y el fiscal, en la que también se involucraron los abogados de las víctimas y de la monja Kosaka Kumiko, se desató porque el padre Dante Simón se negaba a dar información sobre la investigación interna, que él encabeza contra los curas Corradi y Horacio Corbacho, ambos acusados y presos por múltiples abusos sexuales y violaciones de niños sordos.
 
El pedido de esa información había sido requerido en la audiencia por el abogado de las víctimas, Sergio Salinas.
 
Sin embargo, ante la solicitud, y según dieron cuenta fuentes judiciales, el religioso se plantó en el secreto pontificio sin intenciones de ceder, apoyado por los abogados defensores de los sospechosos.
 
El fiscal D'Amore le marcó que esa prerrogativa no estaba por encima del los tribunales y que debía responder.
 
Tras media hora de largo tironeo y discusiones el fiscal cortó por lo sano, tomó el Código Penal y le leyó al sacerdote el artículo 275: "Será reprimido con prisión de un mes a cuatro años el testigo, perito o intérprete que afirmare una falsedad o negare o callare la verdad, en todo o en parte, en su deposición, informe, traducción o interpretación, hecha ante la autoridad competente".
 
Simón respondió parcialmente, indicando que habían hablado con algunas personas pero no recordaban sus nombres, sin aportar mayores datos.
 
El fiscal hizo su segunda jugada y le entregó en mano un oficio (documento judicial con el que la Justicia formaliza una solicitud puntual) que le ordena entregar a la Fiscalía los detalles de la investigación que realiza la Iglesia.

 

"Sabemos muy poco"

 
Concluida la testimonial, y ya con los medios de prensa, el vicario Dante Simón contestó paciente y sin prisa todas las preguntas que le formularon, desactivando previamente un intento de sacarlo custodiado con media docena de policías para que no enfrentara al periodismo.
 
El sacerdote encaró espontáneamente a la prensa y recalcó que "lo que pude aportar es muy poco porque estoy al inicio de la investigación y necesito de las denuncias para poder llegar a la verdad de los hechos".
 
Aclaró que la investigación eclesiástica que lleva adelante será muy compleja porque "no hemos tenido contacto con las víctima porque no las conocemos y sus abogados nos han dicho que no quieren hablar delante de nosotros".
 
Simón confirmó por otra parte que pudo dialogar la primera vez que vino a Mendoza con los sacerdotes del Próvolo Nicola Corradi y Horacio Corbacho.
 
Respondió que "ellos niegan, como ocurre con la mayoría de los denunciados, la acusación, o porque son inocentes o porque si tienen la psicología de un abusador no asumen su hecho. En este caso, ellos dicen que no, que no han cometido abusos".
 
Precisó que su investigación sólo se circunscribe a Corradi y Corbacho, que son sacerdotes y por lo tanto tienen estado clerical de por vida.
 
No alcanza en cambio a la monja japonesa, también detenida, porque la mujer no tiene estado clerical.
 
También puntualizó que sus averiguaciones no incluyen a los abusos ocurridos en la ciudad de Verona, en Italia, también en el instituto Antonio Próvolo, en donde fue denunciado hace muchos años Corradi antes de que lo enviaran a la Argentina.
 
El vicario judicial de Córdoba recalcó que el papa Francisco y el Vaticano no son ajenos a lo que está pasando: "La prueba clara de que el Santo Padre está ocupado en el tema de Mendoza es esta investigación que nos ordenó realizar".
 
Simón expresó que "los hechos denunciados son gravísimos y aberrantes, nos humillan y nos hacen mucho daño".

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