Récord diario de muertos. Una nueva cepa del coronavirus super contagiosa fuera de control. Hospitales al borde del colapso. Y un presidente que se niega a tomar el toro por las astas. "Brasil es una amenaza para la humanidad", concluye Jesem Orellana, epidemiólogo de la Fundación Fiocruz/Amazonia. Y sigue: "La lucha contra el covid-19 se perdió en 2020 y no hay la menor chance de revertir ese trágico escenario en el primer semestre de 2021".
"Lo máximo que podemos hacer es esperar el milagro de la vacunación de masa o un cambio radical en la gestión de la pandemia. Hoy Brasil es una amenaza para la humanidad y un laboratorio a cielo abierto, donde la impunidad en la gestión parece ser la regla", sentenció.
La semana pasada, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, urgió al país a adoptar medidas "agresivas" contra la pandemia.
"Si Brasil no se lo toma en serio, afectará a todos los vecinos y más allá, así que esto no solo trata de Brasil, creo que atañe a toda América Latina", sostuvo.
La vacunación avanza lentamente: Brasil ha aplicado la primera dosis a 8,6 millones de personas (4,1% de la población), en tanto que 2,9 millones recibieron la segunda.
Las vacunas usadas son la CoronaVac, del laboratorio chino Sinovac, y la sueco-británica de Astrazeneca/Oxford.
El Ministerio de la Salud afirma estar negociando con otros laboratorios y habría reconocido que "la campaña nacional de vacunación corre riesgo de ser interrumpida por falta de dosis", según una carta al embajador chino divulgada este martes por el portal de noticias G1.
En la misiva, la cartera pide a la misión china ayudar a negociar con el laboratorio Sinopharm la compra de 30 millones de dosis de su inmunizante.