La propuesta de Lezcano en 5 puntos:
1. Posponer la obra hasta una fecha propicia -mediados de otoño, fines de invierno- puesto que, a veinte días del comienzo del verano, la posibilidad del éxito de la plantación es ínfimo por cuestiones climáticas y adversidades con insectos, aún, cuando se tomen todas las providencias del caso.
2. Depositar los fondos asignados en un sitio o forma donde mantengan su poder adquisitivo hasta su utilización oportuna. Las inversiones en naturaleza se rigen por sus tiempos y no por las necesidades electorales o administrativas.
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3. Se menciona la extracción de 525 ejemplares. La misma debe verificarse en estrictos fundamentos ambientales del municipio y de consideración por los derechos de los vecinos, para su eliminación. Una ciudad arbolada y verde, como expresa su Plan Estratégico, no puede suponer en modo alguno la eliminación masiva de ejemplares. Al menos por un mínimo criterio de respeto a los derechos de todos los seres vivos.
4. Las forestaciones, en lo sucesivo, deberán conciliar las condiciones de la naturaleza y de los ejemplares con las posibilidades, derechos y cultura de los vecinos. No son los caprichos del funcionario de turno, ni sus necesidades electorales las prioritarias.
5. La ciudad sufre de un grave problema de vandalismo, producto posiblemente de la circunstancia cultural y de las prácticas antisociales que el conjunto de la sociedad padece. Una reforestación masiva en estas condiciones está condenada al fracaso y el único calificativo probable sea el de derroche, además de la pérdida de 525 ejemplares establecidos.