Pampa Energía, cuenta con once centrales de generación eléctrica, la transporta (Transener y Transba) y la distribuye y comercializa (Edenor) a cerca de 3 millones de clientes. Además controla TGS –una de las dos transportistas del gas por redes–, y en 2016 se quedó con Petrobras, lo que le dio acceso a uno de los negocios más lucrativos del momento: explotar hidrocarburos en Vaca Muerta.
Junto con Mindlin, Bonadio también había ordenado (a finales de septiembre) la indagatoria de Paolo Rocca, el principal accionista del conglomerado Techint; la de Rubén David Aranda, de la empresa Chimen Aike, uno de los empresarios investigados por la defraudación en el Yacimiento Carbonífero Río Turbio; y la de Alberto Padoán, de la firma Vicentín, porque en los cuadernos de Centeno apareció la patente de un auto relacionado con esa empresa.
El juez a cargo de la investigación de un supuesto entramado de corrupción durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner junto a empresarios de la obra pública ya procesó a Luis Betnaza, uno de los hombres importantes de la operación de Techint en la Argentina, quien declaró en indagatoria en la causa y admitió haber pagado coimas.
Mindlin obtuvo el mote de "zar de la energía" en la década pasada, pero sus ganancias se dispararon con Mauricio Macri en el poder. Una muestra: según informó a la Comisión Nacional de Valores (CNV), sólo en el primer trimestre de este año Pampa ganó el 68% de todo lo que obtuvo en 2017.
En tanto, el magistrado le dictó falta de mérito a Héctor Zabaleta, también de Techint, y encargado de hacer los pagos a Roberto Baratta, mano derecha de Julio De Vido en el Ministerio de Planificación, según las anotaciones de su chofer, Centeno.