Hasta allí sería solo una crónica más sobre los despliegues militares en diferentes partes del mundo, pero la nota de emoción la dio un pequeño.
El capitán Ian Gavagan llegó a Casement Aerodrome, una base aérea militar al suroeste de Dublín, en Baldonnel, donde era esperado por su esposa Maria, su hija y el pequeño Sean.
Las dos mujeres corren emocionadas a abrazarse con Ian, pero es Sean quien se gana toda la atención, ya que emocionado por ver a su padre se queda paralizado y llorando.
Es allí cuando interviene un colega del capitán Gavagan, se acerca al pequeño y se inclina para ver si está bien y finalmente lo lleva a saludar a su padre.