El Boeing B737-800 de la aerolínea surcoreana Jeju Air que se estrelló el domingo y mató a 179 personas operó 13 vuelos en 48 horas antes de emprender su ruta definitiva, que acabó con el peor accidente aéreo de la historia del país. La información fue difundida por la agencia pública de noticias Yonhap con base en informes de fuentes de la industria de la aviación quienes, además, citaron preocupaciones sobre la responsabilidad de la compañía al asumir compromisos más allá de su capacidad operativa.
La aeronave implicada en el accidente habría volado al propio aeropuerto de Muan -lugar del accidente-, a la isla de Jeju y a la ciudad de Incheon, en Corea del Sur, así como a destinos internacionales como Pekín (China), Kota Kinabalu (Malasia), Nagasaki (Japón), Taipéi (Taiwán) y Bangkok (Tailandia), desde donde partió el avión el domingo. Algunos estos vuelos, según la publicación, serían vuelos chárter, concertados por grupos privados a través de agencias de viajes.
Los datos de vuelos de la aerolínea publicados por el periódico británico The Sun muestran que Jeju Air tiene un número medio de vuelos por avión elevado, incluso para una aerolínea surcoreana de bajo coste. Entre julio y septiembre, las aeronaves de cada compañía volaron un promedio de 418 horas, la mayor cantidad entre seis compañías nacionales.
No está claro si las horas de vuelo o el número de rutas contribuyeron de alguna manera al accidente del domingo. Inicialmente, el incidente se atribuyó al impacto de un pájaro, ya que la tripulación informó a la torre de control sobre un hecho con un ave al informar de la necesidad de un aterrizaje de emergencia.
Los expertos consultados tras el accidente, sin embargo, se preguntaron si un incidente con aves explicaría el hecho de que el tren de aterrizaje del avión no se hubiera activado, impidiendo el proceso de frenado. También surgieron dudas sobre la seguridad del propio aeropuerto, ya que la aeronave no explotó hasta chocar contra un muro de hormigón al final de la pista.