Hernández gobernó Honduras desde 2014 hasta enero de este año. Él niega los cargos en su contra.
Está acusado de haber estado involucrado en una red de narcotráfico que incluía a su hermano menor, Tony Hernández, quien el año pasado fue sentenciado en Estados Unidos a cadena perpetua.
Durante el juicio de Tony Hernández, los fiscales alegaron que el infame narcotraficante mexicano Joaquín "El Chapo" Guzmán le había entregado personalmente a Tony Hernández $1 millón.
Según los fiscales, "El Chapo" Guzmán le dijo al joven Hernández que le pasara el dinero a su hermano Juan Orlando como soborno.
La Embajada de EEUU en Tegucigalpa ha afirmado este martes que Hernández "participó en una conspiración violenta de narcotráfico para recibir cargamentos de múltiples toneladas de cocaína enviadas a Honduras desde Colombia y Venezuela, entre otros lugares".
La droga se movilizó "por rutas aéreas y marítimas, y para transportar las drogas hacia el oeste de Honduras, hacia la frontera con Guatemala, y finalmente a los Estados Unidos", ha indicado la legación diplomática en una extensa nota dirigida a la Cancillería hondureña en Tegucigalpa, en la que confirmó la solicitud de captura de Hernández con fines de extradición hecha por Washington el lunes.
La petición de Estados Unidos en ese sentido es la primera desde que asumió el nuevo Gobierno de Honduras, con Xiomara Castro como presidenta del país centroamericano, el 27 de enero. Ese día, finalizó el mandato de ocho años (2014-2022) del ahora expresidente Juan Orlando Hernández, a quien Estados Unidos le había revocado el visado para ingresar a ese país desde julio de 2021.
Honduras ha sido durante años un país de tránsito clave para el contrabando de drogas desde América del Sur hacia los Estados Unidos y, más recientemente, también se ha convertido en un lugar donde se produce cocaína.
Juan Orlando Hernández siempre ha sostenido que hizo todo lo que estuvo a su alcance para combatir el narcotráfico y durante la administración del presidente Donald Trump contó con el apoyo del gobierno estadounidense.
Pero su relación con Estados Unidos se agrió bajo la presidencia de Joe Biden.
En un comunicado, el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, dijo que había informes "creíbles" de que el exlíder hondureño se había "involucrado en una corrupción significativa al cometer o facilitar actos de corrupción y narcotráfico, y usar las ganancias de actividades ilícitas para facilitar campañas políticas".
