La oficina de prensa del Vaticano señaló en un breve comunicado que el banco considera a estas terceras partes, de las que no dio detalle, «responsables de haber causado daños significativos al IOR en relación con determinadas operaciones de inversión en las que el Instituto había participado».
Según ha publicado el diario italiano «La Stampa», el daño se produce a través del fondo de inversión «Ad Maiora». El portavoz del Vaticano, Greg Burke, explicó este martes a través de una nota que se trata de una operación de inicios de 2013 relacionada con una inversión valorada en 17 millones de euros, y que los daños sufridos «tendrán que ser cuantificados legalmente». El comunicado no especifica en qué términos se produjo la operación y en qué medida participó el banco de la Santa Sede
Según el comunicado, «esta iniciativa confirma el compromiso en favor de la transparencia asumido por el Instituto para las Obras de Religión de denunciar, en las sedes competentes, las potenciales irregularidades cometidas contra él».
Asimismo confirma la intención de «tomar, como en este caso, cualquier medida apropiada para proteger sus intereses financieros y su reputación también fuera de las fronteras de la Ciudad del Vaticano». Burke añadió que el IOR pretende de este modo «aceptar la responsabilidad por abusos del pasado».