La Cámara de apelaciones de Porto Alegre ratificó ayer la condena por corrupción y lavado de dinero contra el ex presidente Luis Inácio Lula da Silva, aunque por el momento la libertad del líder del PT no está en riesgo.
En una decisión unánime, los tres jueces del tribunal regional de la cuarta región confirmaron la sentencia por delitos relacionados con beneficios ilegales obtenidos con la reparación de una finca en Atibaia, San Pablo, presuntamente pagadas por las empresas constructoras Odebrecht y OAS.
Según la justicia, las empresas habrían mejorado el inmueble frecuentado por Lula con obras por cerca de 250.000 dólares a cambio de contratos con la petrolera Petrobras.
En febrero Lula había sido condenado a 12 años y 11 meses de prisión por una jueza de primera instancia. Pese a que la defensa de Lula había pedido la anulación de la condena amparada en un reciente fallo del Supremo Tribunal, los magistrados confirmaron los delitos y además decidieron elevar la pena a 17 años y un mes de prisión.
El abogado del expresidente, Cristiano Zanin, consideró que hubo una falta de "imparcialidad" durante el proceso en primera instancia, conducido en parte por Sergio Moro, el ex juez que devino ministro de Justicia cuando fue electo presidente Jair Bolsonaro, un ferviente opositor al Partido de los Trabajadores (PT) de Lula.
"Ese hecho es suficiente para mostrar toda la actuación política en la conducción de este proceso", dijo Zanin.
Sin embargo, ninguno de los jueces dio lugar al pedido de nulidad.
"Infelizmente, la responsabilidad del ex presidente es bastante elevada (en el caso de corrupción), porque ocupaba el grado máximo de dirigente de la nación brasileña", consideró el juez Joo Gebran Neto, uno de los tres magistrados del tribunal. "No hay ninguna nulidad".
El fallo de ayer, proferido en segunda instancia, no afectará la situación inmediata del líder del Partido de los Trabajadores, quien recuperó la libertad el 8 de noviembre. Sin embargo, es un paso más hacia la eventual confirmación definitiva de la condena que lo podría conducir nuevamente a la cárcel.
El político de 74 años que gobernó Brasil entre 2003 y 2016 ha negado haber cometido algún tipo de delito, y dice ser víctima de persecución política. "Voy a vencer en cada proceso contra mí desenmascarando sus mentiras. Mi inocencia está probada. Ellos no tienen pruebas, tienen una tesis: Lula no puede permanecer libre", tuiteó el expresidente mientras el primero de los jueces emitía su voto.Lula no concurrió al juzgado y acompañó la sesión desde Sao Paulo.