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De que se trata el informe con el cual Macri reivindica su gestión económica

Faltan apenas 35 días para el traspaso de mando y el gobierno de Cambiemos empieza a emprender la retirada. En la Casa Rosada ya se vive el cambio de época y algunos funcionarios ya empezaron a retirar sus pertenencias de los despachos que ocupan.
 
Lo mismo sucede en la quinta de Olivos, donde la frecuencia de visitantes disminuyó notablemente desde la derrota electoral. El poder empieza a pasar por otro eje.
 
Mientras tanto, desde la jefatura de gabinete se empezó a elaborar un saldo de utilidades, algo así como un balance de la gestión que se inició en 2015 con una conclusión genérica que puede causar adhesión, polémica o asombro: “La Argentina está lista para empezar a crecer”.
 
Ente sus principales puntos, el paper que circulan en el gobierno dice:
 

1) "Sobre la herencia económica que dejamos"

 
A fin de 2019 el país está listo para crecer. Sin magia, sin mentira, sin ficción. Gracias al esfuerzo de los argentinos de todos estos años, hemos revertido la herencia de 2015.
 
Hay equilibrio fiscal primario. Menor presión tributaria, que sigue alta, pero es mucho menor que en 2015 (3% del PBI). También bajaron impuestos las provincias. Un tipo de cambio competitivo (en términos reales, casi el doble del que heredamos en 2015), que nos permite un comercio balanceado con el resto del mundo, sin sorpresas cambiarias para el futuro.
 
Este es el cuarto año consecutivo de suba de exportaciones. Tenemos una mejor infraestructura. Volvimos a tener energía. Importábamos energía en 2015 y ahora la exportamos, generando empleo y divisas para nuestro país. No fue magia.
 
El esfuerzo de este último año y medio fue muy exigente para todos. Pero no es menos cierto que veníamos recuperándonos (la actividad en julio creció 1,2% mensual y la inflación de agosto apuntaba a 1,8%), y que la incertidumbre electoral interrumpió la recuperación.
 
En la economía, la confianza sobre el futuro define el presente. Al principio de nuestra gestión pudimos levantar los controles cambiarios porque la gente mira al futuro para decidir hoy. Ahora los tuvimos que reponer, contra nuestra voluntad, porque esa misma gente tiene miedo a qué pueda pasar en el futuro.
 

2) "Sobre nuestro programa económico"

 
Por primera vez en mucho tiempo, Argentina tuvo una idea de largo plazo basada en reglas claras, estabilidad económica e inserción al mundo. Es la única manera de lograr un crecimiento sostenido que dure, con más empleo e inversiones.
 
A fines de 2019 las condiciones estructurales de la economía argentina habrán mejorado sustancialmente.
 
En 2020, las exportaciones serán el motor más dinámico del crecimiento, con las cantidades exportadas cerca de su máximo histórico, con previsiones de una buena siembra y cosecha, la maduración de algunas inversiones (como Vaca Muerta) y la tracción de Brasil como destino principal de nuestras manufacturas industriales.
 
El consumo privado también impulsará el crecimiento. La inestabilidad del proceso electoral lo golpeó cuando empezaba a mostrar signos de mejora, pero en 2020 las jubilaciones y pensiones, asignaciones familiares y por hijo aumentarán en términos reales. Del mismo modo, se recuperará el salario real, cuando la economía retome el proceso de reducción de la inflación que se dio hasta julio de 2019, interrumpido por el salto cambiario de agosto.
 

3) "Sobre la inflación"

 
Argentina tiene una historia crónica con la inflación pero que, en realidad, es el reflejo de otros problemas.
 
Lamentablemente, no se puede eliminar la inflación de un día para el otro, pero en estos cuatro años hemos dado los pasos necesarios para empezar a ver una reducción sostenida y sostenible de la inflación: corregimos las tarifas y el tipo de cambio; y equilibramos las cuentas públicas.
 

4) "Sobre la situación fiscal"

 
En 2019 el Estado argentino prácticamente va a alcanzar el equilibrio primario, tanto a nivel nacional como provincial. Esto es algo que no se ve hace una década y que es prácticamente una excepción en la historia económica de los últimos 70 años.
 
En 2019 el Sector Público Nacional habrá prácticamente eliminado el déficit primario. El esfuerzo fiscal se logró preservando la inversión social, devolviendo recursos a las provincias y reduciendo la presión tributaria. Así en 2015-2019 el gasto primario excluyendo prestaciones sociales, tuvo una reducción de 5,1 puntos del PIB, regresando a los niveles de 2006.
 

5) "Sobre los impuestos"

 
Durante esta administración se llevaron adelante varias medidas para aliviar la carga tributaria de las personas y las empresas. Entre 2016 y 2019, la presión tributaria total habrá bajado en 3 puntos del PBI.
 
En estos años redujimos la presión tributaria por 3,1 puntos del PBI y hoy está en 28%, aproximadamente, el menor valor desde 2011.
 
Gracias a la reforma tributaria, alrededor de 80% del empleo privado registra una baja en los costos laborales por contribuciones patronales en 2019, lo cual representa un incentivo a la formalización focalizado en el segmento de salarios más bajos. También bajó lo que se paga por contribuciones patronales y las retenciones a las exportaciones, más allá de la reimposición parcial de 2018.
 
Además, en el marco del Consenso Fiscal, las Provincias tomaron el compromiso de reducir progresivamente los distorsivos impuestos a los Ingresos Brutos y a los Sellos. La Reforma Tributaria y el Consenso Fiscal fijaron un sendero de reducción de impuestos que será especialmente importante en los próximos años, además de haber mejorado el diseño de muchos impuestos, como el impuesto a los combustibles o a los que gravan la contaminación.
 

6) "Sobre la deuda"

 
En estos años tuvimos que pedir prestado, porque heredamos un déficit enorme y porque habían quedado muchas cuentas sin pagar del gobierno anterior, como la deuda con los holdouts. Decidimos financiarnos de forma transparente y clara. Estos años hicimos un gran esfuerzo para equilibrar nuestras cuentas. Si mantenemos el compromiso de tener un presupuesto equilibrado en los próximos años, la deuda pública dejará de ser un problema.
 
Dos de cada tres dólares que tomamos de deuda fueron para mejorar los plazos o las condiciones de deudas viejas o, también, para cambiar los acreedores.
 
Dejamos de deberle los 20.000 millones de dólares que teníamos en reclamos de los Holdouts (los que no habían aceptado el canje de deuda post default de 2001), se cancelaron deudas con provincias y se recuperó el acceso a los mercados de crédito voluntario. Cuando las condiciones financieras internacionales se endurecieron –merced a la credibilidad recuperada- Argentina pudo acceder al crédito compensatorio del FMI, mucho más barato, lo que permitió cancelar compromisos con el sector privado.
 

7) "Sobre la energía"

 
Recibimos una situación dramática y nos planteamos un rumbo claro: lograr el abastecimiento, que estaba destruido, diversificar la matriz, normalizar mercados, asignar mejor los recursos del Estado y garantizar un suministro confiable para los hogares y las empresas argentinas.
 

8) "Sobre el empleo"

 
El desempleo está en niveles similares a los que dejó el gobierno anterior. Debería ser más bajo, y probablemente baje a medida que la economía vuelva a crecer. De todas maneras, la cantidad de personas que trabajan sigue creciendo.
 
Sabemos que todavía falta mucho, pero este es el camino correcto para tener un país mejor, generando confianza y trabajando a la par del mundo.
 
Fuente: A24

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