Discurso completo:
Hoy se conmemora el Día de la Independencia Argentina; pero el Acta original de la Declaración de la Independencia no hablaba de Argentina; hablaba de las Provincias Unidas de Sud América, denominación que incluía los actuales Argentina, Uruguay, Bolivia y parte de Perú. Eran épocas de mucha efervescencia ideológica y política en un mundo que comenzaba a diversificarse y expandirse a territorios nuevos, con poca población y muchos recursos económicos; estas riquezas despertaron el interés de países y gobiernos con cierta solidez institucional.
Antes y después de aquel 9 de julio de 1816, las Provincias Unidas sufrieron intentos de usurpación por parte de países con vocación expansionista como Inglaterra en 1806 y 1807; pero también en 1820 los portugueses asentados en Brasil invadieron la Banda Oriental.
En ese contexto, varios patriotas comenzaron a evaluar la necesidad de institucionalizar las provincias y obtener la independencia política; San Martin y Belgrano fueron los principales impulsores de un congreso que definiera un nuevo país independiente.
Una de las primeras decisiones del Congreso fue nombrar al general Juan Martín de Pueyrredón Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, quien era diputado por la provincia de San Luís. El General San Martín, que estaba preparando el ejército para el cruce de Los Andes, necesitaba una definición política y apuraba los tiempos para declarar la independencia.
El nombramiento de Pueyrredón fue clave por su amistad con San Martín y el apoyo que recibía de Belgrano y Güemes quienes luchaban en el norte contra los realistas.
Finalmente, el 9 de julio de 1816 el Congreso de Tucumán, bajo la Presidencia rotativa del Diputado sanjuanino Francisco Narciso de Laprida, sancionó el Acta de Independencia de las Provincias Unidas en Sud América.
El sur de América era un territorio apetecible por sus riquezas en oro y plata, y por sus recursos naturales distribuidos en una enorme extensión muy poco poblada, y la declaración de la independencia era una mera expresión de deseo de un grupo de hombres que planificaban una gran Patria que contuviera a esa población diversa y comprometida con el terruño; pero intereses internos y externos llevaron al desmembramiento de aquellas provincias unidas y así, se perdieron sucesivamente la Banda Oriental que se transformó en Uruguay, el Alto Perú que se transformó en Bolivia y Perú y la Argentina que entró en una lucha intestina para lograr igualdad de derechos bajo un concepto federalista que integrara a una gran Nación.
Fueron muchos los factores que incidieron en fragmentar la incipiente Argentina; pero también los intereses de ciertos sectores locales que preferían la colonización económica encubierta en una ficticia independencia, para obtener beneficios sectoriales en perjuicio de las clases más humildes.
Así se produjo la explotación del obrero rural, los hacheros y los descendientes de los pueblos originarios que veían perder cada día más derechos hasta casi convertirse en esclavos; aunque la Asamblea del año 13 había eliminado la esclavitud.
La independencia política de 1816 solo había logrado obtener un gobierno local pero sin representación del pueblo argentino; era un formalismo que encubría un sistema autoritario y aristocrático que ejercían ciertas familias, pero sin la participación del pueblo en su conjunto.
Hubo períodos de lucha por parte de grandes hombres que pretendían modificar esa realidad política, aún acosta de su vida pero sin desprenderse de sus principios; Alem, Lisandro de La Torre, Hipólito Yrigoyen, Alfredo Palacios y otros nombres ignotos pero también importantes. Algunos lograron avances y otros sufrieron cárcel, el escarnio público y la muerte por no alcanzar los objetivos que se propusieron.
No puedo dejar de recordar que el 9 de julio de 1947, el General Juan Domingo Perón, Presidente de Argentina declaró la Independencia Económica en un acto realizado en el mismo lugar del histórico Congreso de Tucumán.
Allí se dejó expresado el pensamiento popular de una Argentina Libre, Soberana y Justa en un acta que expresaba lo siguiente:
“Aspiramos a una liberación absoluta de todo colonialismo económico, que rescate al país de la dependencia de las finanzas foráneas. Sin bases económicas no puede haber bienestar social: es necesario crear esas bases económicas. Para ello es menester ir ya estableciendo el mejor ciclo económico dentro de la nación, y a eso también tiende nuestro Plan. Debemos producir el doble y a eso multiplicarlo por cuatro, mediante una buena industrialización –es decir, enriqueciendo la producción por la industria-, distribuir equitativamente esa riqueza y aumentar el estándar de vida de nuestras poblaciones.”
La Independencia Económica no es un encierro del país, es la expresión pura y cabal de la capacidad que tiene cada pueblo de producir su propio consumo y expandirse al exterior con sus productos; es el desarrollo de nuestra propia industria elaborando materia prima y promoviendo ingresos económicos que se incorporan al producto bruto interno.
La Independencia Económica es comercializar al mejor costo posible lo que producimos con nuestros obreros, nuestros ingenieros, nuestros productores, nuestras pequeñas empresas y nuestros técnicos. La industrialización es la elaboración de productos que el mundo consume y que se pueden generar en nuestra Patria.
La independencia política sola, no es un logro; es necesario alcanzar una emancipación total que le permita a la Patria decidir sobre sus acciones y obtener el mayor bienestar para todos los que habitan suelo argentino. Es imprescindible lograr el bienestar común en todos los ámbitos; con una justicia social que equilibre el modo de vida de todos y cada uno de los argentinos a través de una distribución equitativa de los recursos.
El pueblo no debe pagar por los errores o impericias del gobierno de turno.
Quienes tenemos responsabilidades institucionales al frente de cada poder de la democracia, debemos responder ante nuestro pueblo por las malas acciones que perjudican a nuestros conciudadanos; nosotros somos los responsables del bienestar de cada argentino; de cada pampeano.
Nuestra provincia es gobernada con responsabilidad y respeto por todos los pampeanos; es administrada eficientemente pero aun así es discriminada por el Gobierno Nacional, en un nuevo desconocimiento del federalismo que proclama nuestra Constitución Nacional.
Las políticas del Gobierno Nacional están destinadas a pequeños sectores especulativos sin beneficio para los trabajadores y la producción nacional.
Hoy nos encontramos con industrias cerradas, pequeñas empresas fundidas y comercios en quiebra gracias a unas políticas que solo contemplan la inversión financiera; capitales que vienen de afuera para obtener ganancias astronómicas sin arriesgar un centavo y sin dar trabajo a ningún argentino. Una apertura a las importaciones que obligan a nuestros industriales y empresarios a cerrar sus emprendimientos porque obtienen mayores beneficios especulando que produciendo.
Han liberado los precios de tarifas y servicios a valor dólar, cuando nuestros trabajadores y jubilados cobran en pesos que ellos mismos devaluaron en un cincuenta por ciento. No es posible mantener tanto desequilibrio económico y social durante tanto tiempo porque quienes sufren esta situación son los más humildes.
En casi tres años, destruyeron el tejido social y económico de la Argentina con medidas destinadas a beneficiar a sectores minúsculos de nuestro país. El ajuste no se hace sobre los más pobres; se hace sobre quienes más tienen y se hace sobre los sectores de la especulación financiera y de los que restan importancia a la industria y la producción.
Es por ello que hoy conmemoramos el Día de la Independencia; pero no podemos festejarlo porque no somos independientes; dependemos del FMI, de las circunstancias que manejan los valores de las acciones, de las tasas que se pagan por las LEBAC a especuladores internacionales, de los designios de una señora que nos dice qué hacer con la economía, del humor de los llamados mercados y del valor del dólar que no es nuestra moneda nacional.
Tenemos un Gobierno Nacional sin sensibilidad social y con un concepto de Estado empresarial que solo comprende la columna del debe y el haber, pero que no sabe, o no quiere saber, que el estado somos todos; los ricos, los pobres y los que nos consideramos clase media; y que debemos gobernar para todos con el mayor equilibrio en un marco de justicia social.
Nosotros tenemos un alto concepto de la soberanía política, que significa tomar decisiones independientes de las influencias extranjeras para decidir sobre nuestro propio destino, y no tener compromisos con las políticas externas que nos pudieran perjudicar o que fueran contrarias a la expresión popular.
Queremos la independencia económica porque nos permite desarrollarnos en industria y comercio sin depender de programas y doctrinas impuestas por organismos internacionales que no conocen la idiosincrasia nacional y los objetivos productivos de nuestra región.
Pretendemos la justicia social porque sabemos de la capacidad del pueblo argentino para crecer y desarrollarse en un marco de equidad, solidaridad y dedicación por sus obligaciones, con aspiraciones de superación y reconocimiento.
Este es un día de reconocimiento a aquellos hombres que pretendían consolidar una Patria y establecer una identidad, pero las circunstancias y los intereses sectoriales no nos permiten festejar este 9 de julio como el Día de la Independencia porque estamos muy lejos de ser independientes y decidir nuestro destino; estamos casi como empezamos; dependientes y a merced de los intereses de potencias extranjeras que nos quieren colonizar a través de los poderes económicos y la complicidad de un gobierno nacional dominado por las corporaciones económicas foráneas.
Es nuestra obligación y nuestro compromiso defender los derechos del pueblo argentino ante esta nueva intención de entrega de la Independencia Nacional.
Muchas gracias.-