El presidente boliviano, Evo Morales, quien gobierna Bolivia desde el año 2006, denunció este miércoles que está en marcha un "golpe de estado" promovido por sectores de derecha, y señaló que ejecutará medidas para "defender" la democracia, en momentos en que los resultados electorales confirman su victoria pero no aclaran si será sin necesidad de una segunda vuelta.
"Está en proceso un golpe de estado, quiero que sepa el pueblo boliviano, que hasta ahora humildemente soportamos para evitar violencia y no hemos entrado en confrontación", afirmó el mandatario en una declaración a la prensa.
Morales apareció ante los medios por primera vez desde los comicios del domingo y dio declaraciones en momentos en que comienza una huelga nacional que reclama una segunda vuelta con el opositor Carlos Mesa.

Bolivia será escenario este miércoles 23 de octubre de una huelga general, mientras siguen las manifestaciones de grupos de oposición, en protesta por los resultados de las elecciones del domingo que dan como ganador de la primera vuelta al presidente Evo Morales.
El mandatario socialista acumulaba un 46,4% de los votos frente al 37,07% de su rival centrista, Carlos Mesa, cuando faltaba por escrutarse alrededor del 3% de los sufragios válidos nacionales, según cifras oficiales.
Morales, que gobierna desde 2006 y aspira a un cuarto mandato, necesita un mínimo de 40% de los votos válidos y una ventaja de 10 puntos porcentuales con respecto a Mesa para ser reelecto en primera vuelta.
En este momento y según resultados aún provisionales, la ventaja entre los dos candidatos es inferior al 10%, lo cual implicaría una segunda vuelta.
El mandatario boliviano, a diferencia de sus dos períodos anteriores, no pudo lograr el 50% más uno de los votos que lo convertiría automáticamente en presidente y le haría además mantener el control del Congreso, lo que allana el camino para aprobar leyes sin oposición.
Paro indefinido
Paralelamente, un colectivo de organizaciones civiles de los nueve departamentos de Bolivia llamó a un paro indefinido.
"Vamos al paro hasta que ustedes digan", arengó Luis Fernando Camacho, líder del Comité Cívico Pro-Santa Cruz, región motora del desarrollo nacional, donde ya comenzaron a cortarse algunas calles.
La huelga también comenzaba a organizarse en la rica región minera de Potosí y en otras zonas del país.
"Seremos los jóvenes que haremos respetar la democracia y los que sacaremos del palacio (de Gobierno) a Evo Morales", dijo César Ramos, presidente del comité civil juvenil de Tarija, al sur.
La influyente plataforma civil Conade, que aglutina comités cívicos de todo el país, anunció también "resistencia civil" ante la posible victoria de Morales y su adhesión al paro general.
En la madrugada del miércoles 23, los adeptos a Mesa se enfrentaron con policías a las puertas del Tribunal Supremo Electoral (TSE), organismo al que reprochan estar supeditado a Morales.