Antes de que los fiscales comenzaran con el interrogatorio, Bazán afirmó que "el arroz encontrado en su casa es para darle de comer a los cinco perros que tiene", ya que suele dejar libres a los animales por el predio, lo que sería una forma de explicar por qué había rastros de la chica en su vivienda. Es más, el hombre contó que algunos de los elementos que secuestraron en su casa eran "objetos perdidos" de un colegio en el que él solía trabajar.
Lo cierto es que dentro de su casilla, ubicada a unos 300 metros de donde encontraron a Anahí, encontraron restos de sangre, pelos y ropa de una mujer en su casa; la misma comida que consumió Anahí poco antes de morir y en el diario íntimo de la adolescente. En ese sentido, la supuesta pareja del detenido afirmó que los objetos encontrados en la propiedad le pertenecen a ella: "Le mandé fotos al juez para probar que todo lo que se llevó es mío”.
"Toda la ropa femenina que había en la casa era mía, cuanto mucho unas sandalias que son de la mamá de él. De Anahí ahí no hay nada, la única forma de que aparezcan cosas ahí es que se las hayan plantado", denunció la mujer. Y tras consultarle sobre la marcación que hicieron los perros de la casilla de Bazán, la joven respondió: "Pudieron haberse equivocado".
En tanto, el abogado del sospechoso advirtió que los investigadores, ante una "búsqueda desesperada" por estar el crimen en la agenda de los medios de comunicación, "vincularon a Bazán" con el caso y consideró que la acusación contra su defendido está basada en "meras especulaciones con respecto a indicios que se están tomando".
Para el letrado, "se levantaron (en su casilla) rastros de sangre y no se hicieron cotejos de ADN. Punto uno: no tenemos certeza de a quién pertenece esa sangre. Punto dos: con respecto a los cabellos que se encontraron en la cama, mi cliente tiene una novia que eventualmente duerme con él y también tiene cabello".