Después del escrache que sufrió esta Semana Santa el presidente Mauricio Macri en Tandil, cuando salía de una Iglesia junto a su hija Antonia, y a partir de hechos anteriores sufridos por él y por la gobernadora María Eugenia Vidal, en el Gobierno señalaron que no son episodios aislados ni casuales, y comenzaron a hablar de "un plan sistemático de escraches" a sus máximos referentes.