El FMI publicó ayer un documento en el que exigió más ajuste fiscal para alcanzar la meta de déficit cero y para garantizar la continuidad de los desembolsos. A la par, en pleno año electoral, incrementó en un 50% el "permitido" de rojo primario para gastos de asistencia social y lo elevó desde 0,2% a 0,3% del PBI. En una frase controvertida, el comunicado del Fondo avisó que espera que el deterioro social del ajuste continúe en los próximos años.
Hubo, además, elogios para los policy-makers locales. “Elogiamos los esfuerzos de políticas de las autoridades y la firme determinación de abordar los desequilibrios macroeconómicos y promover su plan de estabilización económica. Los altos déficits fiscales y externos, los dos desequilibrios al centro de la crisis financiera de 2018, se encuentran en medio de una corrección significativa. La actividad económica ha sido débil, pero hay buenas perspectivas para una recuperación gradual”, dijo Roberto Cardarelli, jefe de la misión del FMI en Argentina.
También críticas o, mejor dicho, reconocimientos de que algunos problemas tardarán en solucionarse. Entre ellos, claramente, la suba de precios (ver recuadro). “La inflación mensual sigue siendo alta y romper la inercia inflacionaria será un proceso largo que requerirá persistencia y coherencia en el enfoque cauteloso del BCRA para la fijación de objetivos de base monetaria”, dice el comunicado con declaraciones del funcionario italiano.
Plan doble 0%
“El personal técnico, por lo tanto, da la bienvenida a la decisión de las autoridades de extender el crecimiento monetario de base cero hasta noviembre y de disminuir el ritmo al que aumentarán los límites de la zona de no intervención. Esta restricción del marco monetario contribuirá a reducir la inflación y a volver a anclar las expectativas de inflación”, agrega la misiva.
Asimismo, hay un reconocimiento a la tarea fiscal de Nicolás Dujovne. “Las autoridades han cumplido con su objetivo de déficit primario de 2018, demostrando determinación en la eliminación de la vulnerabilidad asociada con el desequilibrio fiscal de Argentina. Lograr un déficit primario cero en 2019 requerirá una mayor restricción en el gasto gubernamental. Estos esfuerzos colocarán a la deuda de Argentina en relación al PIB en un camino decisivo a la baja. Será fundamental que los programas de gasto social de alto impacto se conserven durante 2019 y más allá”, agregaron desde el FMI y anunciaron un “waiver” testimonial para ese rubro sensible del gasto.
“Waiver” social
Como “la débil actividad económica y la alta inflación están teniendo impacto”, explicaron, “apoyamos firmemente los esfuerzos de las autoridades para mitigar el impacto social de las políticas de estabilización necesarias, incluso a través de aumentos recientemente anunciados en el gasto social, que se ajustarán al programa a través de un aumento en el gasto de asistencia social de 0,2% a 0,3% del PIB”. Es una suba de 50% que permitirá, probablemente, algún nuevo impulso al gasto social antes de las elecciones.
Hay subastas
El personal técnico, además, apoya el plan del Gobierno de realizar subastas de divisas diarias transparentes y anunciadas previamente (US$ 60 millones por día que comienzan a mediados de abril) para satisfacer las necesidades en pesos del Tesoro.
Allí, anunciaron que “en la medida en que la moneda esté más apreciada que la zona de no intervención del BCRA, las ventas se realizarán directamente a la autoridad monetaria en la cantidad correspondiente a su anunciada política de compra de divisas no esterilizada”. Es decir, si el BCRA mantiene la compra máxima de US$ 50 millones diarios, el Tesoro vendería sólo US$ 10 millones en el mercado y el resto directamente a la entidad. Por su parte, y en ese escenario, las compras del BCRA serían sólo al Tesoro.
“La continua implementación del plan de estabilización del Gobierno sigue siendo esencial para consolidar el retorno de Argentina a la estabilidad macroeconómica, a la reducción de la inflación y para sentar las bases de un crecimiento sólido, equitativo y sostenible”, dice el FMI y mete un bocadillo sobre lo que será la agenda bilateral desde 2020: “También será necesario un nuevo impulso de reformas del lado de la oferta para consolidar los logros ya alcanzados por el Gobierno y garantizar una mejora sostenida en los estándares de vida de todos los ciudadanos de Argentina”. Por ahora, sigue la buena sintonía entre el Gobierno y el FMI, requisito necesario para tener un 2019 calmo en el plano financiero. A medidas que se acerquen las elecciones veremos si, además de necesario, es suficiente.
Fuente: El Economista