Durante la gestión de Alberto Fernández, el requerimiento de billetes del Banco Central (BCRA) para la Casa de Moneda fue tan importante, que el organismo no podía cubrir la demanda y se vio obligado a subcontratar a otras fábricas de dinero del resto del mundo. Así es como se suscribieron contratos con Brasil, España, Malta y China para traer al país los papeles de $500, $1000 y $2000.
Tras la asunción de las nuevas autoridades, con Daniel Rubén Mendez a la cabeza, se comprobó que existía una importante deuda en dólares con estos organismos internacionales y que buena parte de los billetes solicitados habían quedado retenidos hasta tanto se liberen los pagos. El número adeudado se mantiene en reserva, pero se habla de una cifra más que considerable.
Luego de comenzar a cancelar parte de esa deuda, el gobierno de Javier Milei se prepara para traer al país un remanente de 300 millones de billetes de $1000 y $2000 que habían quedado “retenidos” en Malta y China, dos de los países subcontratados para la impresión de estas monedas.
Se estima que la deuda con Malta era de los US$24 millones, mientras que a China se le adeudaban US$11.767.000.