Durante la dictadura, Etchecolatz fue director de Investigaciones de la Policía Bonaerense bajo las órdenes de Ramón Camps, que por entonces era jefe de la fuerza. Había sido condenado por robo de bebés, secuestros, torturas, asesinatos y desapariciones ocurridas en el transcurso de la presidencia de Jorge Rafael Videla. Entre otros crímenes, fue uno de los principales responsables de lo que se conoció como La Noche de los Lápices, en la que fueron secuestrados, torturados y asesinados varios jóvenes que reclamaban por el boleto estudiantil.
Contado entre los principales ejecutores de esos años de plomo, estuvo a cargo de al menos 21 centros clandestinos de detención distribuidos en la provincia de Buenos Aires. A pesar de esto, y de haber recibido su primera condena hace 31 años, pertenecía aún a la Policía Bonaerense. Fue exonerado el pasado 8 de agosto por decisión de la gobernadora María Eugenia Vidal
Se le sindica además la desaparición de Jorge Julio López en septiembre de 2006. López, un albañil que vivía en la zona de los Hornos, provincia de Buenos Aires, iba a declarar ese mismo día en contra del ex policía, pero desapareció horas antes de presentarse ante la justicia y sin dejar rastros. Hasta el día de hoy se desconocen los hechos y el paradero del testigo que más comprometía a Etchecolatz.
Según destaca un matutino en su edición de hoy, el represor se encontraba consciente y gozando de buena salud cuando ocurrió el ACV. No lo acompañaban conocidos ni familiares, ya que no está permitido, pero sí oficiales del Servicio Penitenciario Federal. Mientras un patrullero vigilaba la entrada, sobrevolaba el temor a posibles escraches contra Etchecolatz.