El descanso nocturno como lo concebimos ahora, con seis u ocho horas de sueño recomendadas, es muy diferente al de tiempos pasados. Sucede que la evolución alcanzó a la mayor parte de los hábitos del ser humano, incluso a la forma de dormir. Existe una amplia bibliografía donde se describe cómo durante la Edad Media la gente estaba acostumbrada a dormir en dos periodos diferentes durante la noche, algo impensable en la actualidad. En el intervalo “despierto” se realizaban diferentes actividades.