Es entendible que había que darle un fin a este ambicioso proyecto “MEGAESTADIO”, Ahora tendrá techo, pero no sabemos si la aparente ruina se mantendrá en pie.

Una de las imágenes de lo que dejó el paso del tornado en General Acha
Se solicitó mediante resolución que una consultora de ingeniería evalúe la situación del suelo, napas de agua, impermeabilizaciones, estado de las fundaciones, grado de corrosión y resistencia del hormigón de la estructura existente, para saber si se puede aprovechar, reforzar o definir su demolición parcial o total. En definitiva, hacer una evaluación técnicamente profunda y en detalle, para evaluar la situación y planificar nuevamente el proyecto. Pero quedamos a sorteo de la buena suerte y esperando que los 196 millones de pesos no sean en vano y el mismo siga representando una inseguridad para quienes harán uso de él. La forma se mantiene, “remiendo sobre remiendo”, idem al acueducto Rio Colorado.
EL TECHO PARA EL MEGAESTADIO

Se licitó el nuevo techo, por casi 200 millones de pesos. Una sola empresa se presentó para construir y colocar la estructura. Se trata de la firma Cinter, de Buenos Aires, que montó el techo del anfiteatro de Villa María y del Orfeo, de Córdoba, entre otros antecedentes de obras similares. Habrá, además, otras dos licitaciones para realizar trabajos de refacción interior y el estacionamiento.
“Va a ser un techo parabólico, distinto al techo a cuatro aguas. No tiene nada que ver con el proyecto anterior”, dijo el ministro Julio Bargero. En unos días, luego de analizarse en el ministerio los antecedentes de la firma, se conocerá qué oferta realizó.
El Megaestadio fue una megaobra que se diseñó y se comenzó a construir en la primera gestión de Carlos Verna. La licitación la ganó en ese momento la constructora Inarco por 29.889.995 millones de pesos.
Debió haberse terminado en 2007, para los Juegos de la Araucanía, pero un fallo en el cálculo del techo impidió su finalización.