Matías Firpo, el único detenido por el ataque al micro de Boca que derivó en la suspensión de la Superfinal de la Copa Libertadores, fue liberado luego de firmar un acuerdo con la fiscal Adriana Bellavigna. En un juicio abreviado,  reconoció su culpabilidad, fue condenado a dos años y cuatro meses de prisión en suspenso y  al cumplimiento de reglas de conducta.

La Policía Nacional de España tomó la decisión en base a los antecedentes del ciudadano argentino. Hoy llega a ese país el jefe de La Doce y se espera una determinación similar.

La Policía detuvo a una persona acusada de haber participado en el ataque al bus que trasladaba al plantel xeneize al Monumental.