Colocan contenedores para terapia intermedia

 

Un total de 12 contenedores serán destinados a sala de terapia intermedia, con capacidad para 48 camas. Las estructuras son construidas por cinco empresas pampeanas, una de Pico, tres de Santa Rosa y otra de Macachín. Desde el Ministerio de Salud y los técnicos de estas empresas, se optó por las opciones más rápidas de construcción y los trabajadores de cada firma suman más horas de labor que las habituales para llegar a tiempo.

 

Marcos Tejeda, responsable de la sala de máquinas del Hospital, explicó que, además de los módulos destinados a terapia, habrá otro contenedor para “sala de máquinas donde van a estar conectados el compresor, la bomba de vacío, tablero eléctrico, desde ahí se va suministrar todo lo necesario para el funcionamiento de los demás contendores”. También habrá sala de enfermería y una guardia.

 

Tejeda indicó que “son varias empresas las que están trabajando, algunas locales y otras de la zona, pero todas pampeanas, y también está trabajando gente de Corpico, de Municipalidad, Vialidad, son muchos los que intervienen para que esto se pueda llevar a cabo”. Y adelantó “esperamos hacerlo lo antes posible y hasta ahora vamos en tiempo y en forma para lograrlo”.

 

David Caramella es el titular de la fábrica de casillas Impacar, instalada en el Parque Industrial de Pico, quien explicó que “esto fue una propuesta del Ministerio de Salud de la Provincia, fue una cuestión rápida que ellos decidieron como primera medida y no buscar otra solución, porque había distintos planteos pero tenían mayor demora y ellos optaron por la más rápida, y también la más ambiciosa, porque lo que se hizo con cinco empresas de La Pampa, al menos en nuestro caso que es en 15 días y es un récord para nosotros con horas y horas de trabajo”.

 

Y destacó “hemos hecho un producto a consciencia sin tener en cuenta lo económico, porque entendemos para la causa que se va utilizar, por eso este producto está hecho con buenos materiales que superan lo que habitualmente se utiliza en un contenedor. Esto tiene mucha más atención, más cuidado con los materiales”.

 

Con relación al trabajo de las cinco empresas contratadas, el empresario detalló que “se trabajó individualmente, cada empresa optó por la posibilidad que tenía a su alcance y sobre lo que ya estaba acostumbrado a trabajar. Se hizo un planteo general y después se fueron puliendo detalles con la gente de Salud a medida que se gestaba la idea, por eso muchas cosas se fueron cambiando a medida que se producía”.

 

Fabricio Rodriguez, Ingeniero de Impacar, señaló sobre la parte técnica que “son contenedores de 40 pies, con aislación térmica de lana de vidrio, como revestimiento en paredes y cielorrasos usamos policloruro de vinilo, una opción que es la más higiénica y antibacterial por las propiedades que nos pidió Provincia para las salas de terapia intermedia”.

 

Y agregó “en climatización, cada uno tiene tres aires acondicionados frío-calor de 3.500 frigorías, y vienen equipadas con dos bajo mesadas y dos baños totalmente independientes con sus termotanques eléctricos”.

 

También remarcó que “cada contenedor de terapia intermedia tiene capacidad para siete camas y están unidos, justamente para que los profesionales de salud tengan un solo pasillo o corredor, para que no tengan que entrar y salir ni contacto con gente del exterior”.

 

Y agregó “el conjunto de módulos nuestros los armamos en 12 días, tenemos que hacer dos más para la parte de guardia que estimamos van a estar en 10 días, ese módulo de guardia será una sala de espera de 30 metros cuadrados”.

 

El titular de Impacar, David Caramella, destacó sobre el trabajo que junto a su personal realiza que “para nosotros es un orgullo, estar en una causa así y ponerle todo lo que le pusieron, desde el ingeniero hasta todos los chicos que trabajan con nosotros. La hicimos como una causa muy personal, sabiendo los riesgos que se tomaban andando en la calle, con viajes a Buenos Aires, y cada uno de nosotros tiene a su familia”.

 

Y remarcó “esto para nosotros no pasa por lo económico, es una cuestión social en un momento muy particular, con las herramientas que tenemos y para dar una mano, poniéndonos al lado del Hospital para aportar lo que necesiten de nosotros. Me parece que si todos arriesgamos un poco podemos ayudar a un montón de gente, porque uno no sabe a quién va ayudar”.

 

Y concluyó “esta es una causa muy noble, muy personal y en una situación que no estamos para pensar en lo económico, es algo que nos pone orgulloso porque sabemos que estamos aportando un grano de arena”.