Durante las últimas semanas, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, Daniel Filmus, intentó retomar algo del protagonismo que alguna vez tuvo en el escenario político publicitando el plan Aeroespacial. El mismo busca impulsar la tarea de los observatorios del país, que transmiten el estado de las naves espaciales y reciben datos científicos.
El objetivo de Filmus pareciera ser volver a insertarse en el imaginario popular, luego de que el presidente Alberto Fernández le asignara un ministerio de menor peso político, en el que -al menos hasta ahora- ha fallado en destacarse.
La tarea no es menor, teniendo en cuenta que el ministro carece de conocimientos en la materia. A pesar de estar a cargo de los científicos aeroespaciales argentinos, prolíficos en el estudio de la física cuántica y los misterios del universo, Filmus es sociólogo y docente universitario.
Es por ello que, casi inevitablemente, algunas de sus decisiones tienen poco y nada que ver con el desarrollo de la ciencia nacional. Recientemente, el ministro lanzó un curso de inglés para los científicos de la CONAE quienes, al parecer, no se encuentran preparados en el idioma. El mismo, que contará con 4.500 horas de cursos online, tendrá un costo de al menos 16 millones de pesos.
Tras las críticas recibidas por los cursos de inglés, Filmus al parecer redoblará la apuesta con un servicio de cátering, que tendrá un costo de 2.660.935 millones de pesos. El mismo lleva el número de proceso de compra 142-0049-CDI21 y constará de viandas que serán adquiridas a través de una orden de compra abierta.
En total, serán unos 1.680 servicios que estarán destinados a los estudiantes participantes del programa de Formación en Educación y Comunicación Pública de la Ciencia. A través del mismo, docentes, investigadores, profesionales y técnicos aprenderán a comunicar cualquier tipo de impacto en las investigaciones del ministerio en los medios de comunicación y las redes sociales. La alternativa recibió numerosas críticas de la comunidad científica, por considerar que, de este modo, se transforma a los investigadores en relacionistas públicos.
Fuente: RealPolitik
