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Argentina fue el país con más muertos por millón de habitantes en la última semana

De acuerdo a estadísticas recopiladas por Our World In Data, el país llegó ayer al primer lugar de un ranking elaborado con medias móviles. Se trata de un promedio de los últimos 7 días.
 
Argentina registró en las últimas 24 horas 315 muertos por coronavirus y pasó a ser el país con más fallecidos por millón de habitantes si se toma un promedio móvil de los los últimos 7 días. El dato surge de las cifras brindadas por el sitio web especializado en estadística en tiempo real Our World In Data y tomando en cuenta solamente naciones con más de un millón de habitantes.
 
Las medias móviles son utilizadas por expertos para acceder a aproximaciones más reales de la situación epidemiológica, independientemente de los picos y valles que muestran las curvas por razones que no están estrictamente vinculadas al comportamiento y al avance de la enfermedad en una región determinada. Por ejemplo, en la Argentina suelen bajar los indicadores durante los fines de semana porque se hacen menos testeos y las provincias demoran más en cargar los datos en el sistema nacional.
 
“La media móvil de los últimos siete días adopta los datos de la fecha que se quiere mostrar y de las seis jornadas anteriores, considerando días bajos como suelen ser los fines de semana y los días altos como son martes, miércoles y jueves. Suaviza la pendiente y la tendencia de la curva”, explicó el ministro de Salud del gobierno porteño, Fernán Quirós, en la habitual conferencia de prensa que encabeza en el inicio de la semana.
 
Si en la comparación mundial se incluye a países con menor población, la Argentina también se encuentra en el podio: se ubica tercera -con 4.74 muertos por millón de personas-, detrás de Guam (9.31) y Aruba (5.35). En cuarto lugar se ubica Colombia con 4.25, quinto Bolivia con 4.11 y sexto Perú con 3.78. Le siguen México, Brasil, Bahamas y décimo Costa Rica.
 
La cifra de fallecidos de ayer fue alta pero hasta el momento el récord en un solo día se dio el 24 de agosto, cuando se anunciaron 382 decesos. Estos números ocurren cuando faltan pocas horas para llegar a los 180 días de aislamiento obligatorio.
 
El país registra un importante crecimiento diario tanto de casos confirmados como de muertes por COVID-19. Si bien la cuarentena aplicada a través del aislamiento social, preventivo y obligatorio el 20 de marzo ayudó a que el incremento sea amesetado y lento, en las últimas semanas y en particular los últimos dos meses se acentuó la pendiente de manera abrupta.
 
Datos alarmantes
 
Vale destacar que, a 6 meses del comienzo del confinamiento, aún no se cuenta con un fármaco preventivo, una terapéutica o tratamiento convalidado y/o aprobado por las principales autoridades sanitarias mundiales como la OMS, y más importante aún: a pesar de que hay 9 vacunas candidatas en fase 3, ninguna ha sido aprobada al día de hoy para ser producida en grandes cantidades y distribuida entre los grupos de riesgo.
 
A esto se refirió Alberto Kornblihtt, investigador del Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (IFIBYNE), que depende de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA y del CONICET, quien pronosticó que “si no se toman medidas más estrictas y la duplicación de muertes acumuladas empieza a ocurrir cada 21 días, el 13 de septiembre habrá 12.000 muertos acumulados; el 5 de octubre, 24.000; el 27 de octubre, 48.000, el 18 de noviembre, 96.000; el 10 de diciembre, 182.000, y para Navidad unos 364.000 muertos acumulados, número mayor que el de muertos anuales de la Argentina en ausencia de pandemia (330.000 aproximadamente)”.
 
“Estoy contando muertos” expresó Kornblihtt, “y este análisis de la progresión de su número podría haberlo hecho en el siglo XIX, cuando no había ensayos de PCR ni serológicos. Tanto entonces como ahora, era y es difícil ocultar a los muertos y sus números hablan por sí mismos. Tanto entonces como ahora, en ausencia de una vacuna o de un fármaco específico contra este y otros virus, el distanciamiento y el aislamiento eran y son las herramientas más poderosas y efectivas para frenar la infección y las muertes”.
 
Fuente: Infobae