Los padres de Carlos Nicolás "Junior" Cabrera, el joven acusado de violación, decidieron pasar la noche "trepados" en el Centro Judicial Santa Rosa. Lo hicieron, incluso, a pesar de la lluvia y el fuerte viento que se desató poco antes de la medianoche.
Carlos Cabrera y María Sayago, los padres de Junior, el joven santarroseño acusado de violación, finalmente decidieron aceptar una audiencia que les ofreció anoche la jueza Florencia Maza para este jueves a las 11:30 horas.
Cabrera y Sayago permanecian desde ayer a las 13:00 horas "trepados" a una estructura metálica del Centro Judicial Santa Rosa, a unos 10 metros de altura.
Este jueves a la mañana decidieron rechazar la reunión con la magistrada porque, según dijeron, pretendía que se hiciera en el lugar donde mantienen el reclamo, que estuviera presente la prensa y que -además- quedara grabada.
Con el correr de las horas decidieron dar marcha atrás y acordaron que baje del lugar para asistir al encuentro María Sayago, acompañada de otra hija como "testigo". En su lugar, a la estructura metálica subió una tía del acusado.
Dijeron que si no obtienen una respuesta "favorable" de Maza, van a continuar con la protesta pero con una nueva modalidad: cada dos horas treparán las rejas dos personas diferentes del entorno familiar.
El caso habría ocurrido el sábado 12 de diciembre a la madrugada. Dos chicas de 22 y 21 años de edad que ese mismo día habían regresado a la capital pampeana desde La Plata -imposibilitadas de ver a sus padres durante 10 meses por las restricciones de la pandemia del coronavirus- se quedaron a dormir en el departamento de una joven de 20 años, luego de una larga noche de música y alcohol.
La noche se inició en el local “Tijereta”, donde se festejó un cumpleaños. Como regían los cierres temprano de la cuarentena, un grupo de 9 o 10 chicos y chicas fueron al departamento de Cabrera. Parte de ellos se fueron pero como llovía fuerte, el joven invitó a las hermanas Casal (quienes relataron que estaban borrachas) a quedarse.
Cerca de las 7 de la mañana, cuando le sonó la alarma (que usa para levantarse a estudiar), Emiliana se dio cuenta que tiene la ropa corrida. Y tuvo la certeza que la habían abusado.