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OPINIÓN | Para qué sirven las encuestas...

Comienza la campaña y la preocupación por las fake news , que es la forma posmoderna de denominar a lo que siempre se llamó mentira, cuya existencia es anterior a la invención de internet.
 
por Narciso Michavila - Presidente de GAD3 - La Vanguardia (España)
 
En las campañas electorales, como en las militares, la primera baja en combate es la verdad. Pero la mayor amenaza no son ni los bulos, ni las promesas incumplibles. Las memorias políticas están repletas de propuestas imposibles adoptadas en la precipitación de la campaña: ¿cuántos prometieron que era su última campaña? ¿Cuántos que nunca pactarían con quién terminaron pactando? ¿Cuántos prometieron más prestaciones, más creación de empleo o bajadas de impuestos?
 
Estas elecciones se llevarán el récord de incumplimientos económicos, pues son las primeras con una deuda pública del 100% del PIB. No hay margen presupuestario y menos cuando vuelven los nubarrones económicos al horizonte europeo. La mayor amenaza son las promesas tomadas al calor de la campaña sin sopesar sus consecuencias. El paradigma actual es la promesa electoral de David Cameron de celebrar un referéndum sobre la salida del Reino Unido de la UE para frenar la fuga de voto a UKIP.
 
Las encuestas permiten conocer el sentir de la opinión pública, pero raramente dan soluciones a problemas complejos. Gracias a ellas sabemos que una mayoría social está a favor de legalizar la eutanasia, de la prisión permanente revisable o en contra de la liberalización de las armas. Pero antes de hacer campaña con los temas más delicados, conviene analizar a fondo sus consecuencias. Australia y Holanda proporcionan ejemplos opuestos a la hora de abordar la legislación de cuestiones relacionadas con los derechos humanos, en el primer caso al reducir las muertes por armas, y en el segundo por dejar desprotegidos a los más desvalidos con una ley de eutanasia demasiado laxa.
 
Otro tema. Gracias a esta encuesta sabemos la relación entre voto y lengua. Nueve de cada diez votantes de ERC o de JxCat se expresan habitualmente en catalán, la misma proporción que se da en Vox o Ciudadanos con el castellano. El euskera es la lengua familiar de la mitad de los electores de Bildu y de uno de cada cinco del PNV. Uno de cada cinco votantes socialistas o de Unidas Podemos habla en su hogar otra lengua diferente al castellano, y la proporción es mayor entre los del PP, donde el gallego y el valenciano tienen especial peso.
 
Una última observación: la encuesta de cierre de urnas permitirá estimar con precisión el voto global de cada formación, pero no tanto su traslación a escaños en cada circunscripción, debido a la gran fragmentación electoral.
 
Fuente: La Vanguardia

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