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VIDEO | Lacalle Pou: “No estaba dispuesto a obligar a los uruguayos a confinarse"

El Presidente de Uruguay detalló la estrategia que está llevando adelante para combatir el coronavirus con reapertura económica y control de la situación epidemiológica.
 
Uruguay es ejemplo en la región sobre cómo está abordando la cuarentena: control de la situación epidemiológica y reapertura económica con sólo un mes de confinamiento estricto. Su presidente, Luis Lacalle Pou se mostró muy crítico sobre la cuarentena rígida y reveló que “no estaba dispuesto a obligar a los uruguayos a confinarse e ir rumbo a un Estado policíaco”. 
 
En su primera entrevista con un medio argentino desde que asumió la presidencia, vaticinó que a raíz de las flexibilizaciones impositivas que está impulsando, empresas e inversores de distintos países se radicarán allí en la pos-pandemia.
 
Cuando aparecieron los primeros cuatro casos de COVID-19 en Uruguay, Lacalle Pou escuchó, planificó y aplicó la estrategia para comenzar la lucha contra el virus que azotó sanitaria y económicamente al mundo. “Las medidas no solo importan que sean buenas, sino en el tiempo que se toman”, sostuvo resaltando por sobre todas las cosas que “el uruguayo tiene una vocación genética de libertad”. En ese sentido profundizó que para ellos la libertad “es un bien muy preciado” y “un valor” que es utilizado en las situaciones difíciles “para salir adelante”.
 
 
Durante una entrevista profunda concedida al programa Palabra de Leuco -por el canal Todo Noticias-, el mandatario detalló cómo gestiona en medio de la pandemia. Tras decretar una cuarentena estricta desde el 13 de marzo al 13 de abril, en la que Uruguay “bajó la cortina, para evitar los contagios masivos”, con el correr de las semanas avanzó hacia una reapertura progresiva. “No estaba dispuesto a obligar a los uruguayos a confinarse e ir rumbo a un Estado policíaco”, declaró.
 
Reacio a la idea de un confinamiento rígido, contó una anécdota que protagonizó con un líder sindical que le propuso implementar una cuarentena obligatoria. “¿Alguien está dispuesto a ir conmigo a detener gente porque está tratando de hacer el peso?”, le respondió el mandatario. “¿No somos capaces de apelar al cuidado personal individual y colectivo?, el uruguayo dio una gran demostración en ese mes”, enfatizó sobre la medida implementada.
 
Desde el 22 de abril avanzó progesivamente con el desconfinamiento. Comenzó con la reapertura de la construcción implementando protocolos de seguridad y testeos a los trabajadores. Entre otros rubros y actividades vitales para un país y su ciudadanía, en junio niños y niñas regresaron a clases. “De manera voluntaria, porque no es obligatorio pero ha crecido el número de concurrentes y tampoco ha habido problemas”, comentó. 
 
Para Lacalle Pou “hay un pacto ciudadano de libertad responsable de que mis actitudes como ciudadano me benefician y benefician al común denominador o perjudican a mi y a todo el Uruguay; a medida que el comportamiento sea ese, más se va a abrir la vida del país”, reflexionó. Desde que comenzó la pandemia se registraron 989 casos de infectados, de los cuales 31 perdieron la vida. Pese a los registros auspiciosos a cuatro meses de la llegada del primer caso de coronavirus, el presidente uruguayo expresó prudencia: “Vamos a cruzar los dedos, el resultado es parcial; en el mundo han habido casos de que bajan la guardia y se disparan (los contagios)”. 
 
A diferencia del debate argentino entre salud y economía, Lacalle Pou analizó que se trata de un tricotomía entre lo sanitario, lo económico y lo social: “Tiene que haber una sintonía fina entre las tres”. “Para adelante todo lo posible, para atrás todo lo necesario”, definió la implementación de la salida del confinamiento en la que resaltó que “hemos ido bastante para adelante y muy poco para atrás en algún sector de la actividad o de alguna región geográfica del país”. “Por ahora podemos seguir avanzando”, expresó.
 
Con respecto a las políticas económicas para mitigar el impacto de la pandemia, implementó por un lado que tanto él, sus ministros, senadores y diputados, y funcionarios públicos de alto rango contribuyan para un “fondo coronavirus”. “Durante dos meses donamos el 20% de nuestro salario; el uruguayo la estaba pasando mal, venía mal y se estaba quedando sin laburo. El primer gesto lo teníamos que dar nosotros, es injusto pedirle al que trabaja ese esfuerzo que ya lo estaba haciendo”. 
 
Además de la decisión de impacto simbólico, el Gobierno subsidió el trabajo. Si bien Lacalle Pou afirmó que fue una decisión “lejos de la ortodoxia”, “aportamos a todos los emprendimientos de todo tamaño y rubro en el entorno de los 110 dólares por cada trabajador nuevo que tomen”. 
 
El Gobierno uruguayo avanzó con una serie de facilidades y flexibilizaciones impositivas para fomentar que empresas o inversores extranjeros se radiquen allí. De hecho, el argentino Marcos Galperín, CEO de Mercado Libre la plataforma de e-commerce cuya cotización en Wall Street supera las reservas del Banco Central, se mudó a ese país a mediados de diciembre del año pasado. Lacalle Pou imagina en la post pandemia un aluvión de personas que se muden a Uruguay: “La gente va a salir de las grandes urbes, y muchos van a optar por países donde haya una sanidad ambiental. Uruguay los necesita y los quiere, puede convertirse en un lugar para mucha gente después de la pandemia”.

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