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Suba de retenciones y pesificación de tarifas implican ahorro fiscal de 0,2% del PBI

Con dos decisiones estratégicas que el Gobierno se encamina a tomar, para los
cuales fue allanando el terreno en los primeros meses de gestión, las cuentas
fiscales pueden mejorar. Entre el cambio en el esquema de retenciones, con una
suba en la alícuota que tributa hoy la soja del 30% hasta un 33%, y con la
remuneración a las generadoras eléctricas el resultado se vería incrementado por
unos u$s 700 millones.
 
Este monto implica, al tipo de cambio actual, una mejora fiscal de unos $ 44.100
millones, equivalentes a un 0,2% del PBI. Si bien hasta ahora el ministro de
Economía, Martín Guzmán, detalló en su presentación de mediados de febrero en
el Congreso que recién en 2023 habría equilibrio fiscal -y que luego unos años
después, se iba a converger a un superávit primario de 0,6% y 0,8%,-, a ese
resultado se llegaría si se hace un trabajo para lograrlo. De otra manera, el
escenario que trazó es que, sin hacer nada, este equilibrio se lograría tres años
después, en 2026.
 
El cálculo de la mejora fiscal de los u$s 700 millones surge de un ahorro en los
gastos y una mejora potencial de los ingresos. Por un lado, está el escenario en el
que la Secretaría de Energía reduce la remuneración a algunas generadoras
eléctricas (las que están sin contrato) y ahorra unos u$s 312 millones en el año, se
calculó de manera oficial.
 
Por el lado de los ingresos, en las retenciones el cálculo indica que una suba de 3
puntos porcentuales, o de 10%, implicaría ingresos extra al fisco de en torno a
u$s 420 millones si se exportara sin procesar toda la soja que todavía no ingresó
al circuito comercial, unos 41,2 millones de toneladas.
 
Pero podría ser menor si cae el precio de la soja. Los analistas consideran más
que factible que la soja aún no haya encontrado piso. Es que la paralización de
China, por el efecto coronavirus y los casos que se están acelerando en Europa,
dejó en suspenso las compras del gigante asiático que se había comprometido a
retornar al mercado sojero de Estados Unidos, en el marco de la fase uno del
acuerdo para ponerle fin a la guerra comercial entre ambas potencias.
 
Además, se agrega el ingreso de la cosecha sudamericana de soja, ya con Brasil
más que activo y al que se sumará Argentina en las próximas semanas.
El año pasado el déficit fiscal primario (antes del pago de intereses de deuda)
cerró en 0,4% del PBI. Hubo ayudas extras que se tradujo en que, sin estas, el
rojo hubiera alcanzado el 1% del producto, marcaron desde el Ministerio a cargo
de Guzmán.
 
Se espera que esta semana se difundan los datos fiscales de enero. Los cálculos
de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), que hace el relevamiento en
base devengado (los oficiales son en base caja) marcaron que durante el primer
mes hubo un superávit primario de $84.474 millones, un 30,2% menor en
términos reales (teniendo en cuenta la inflación) al alcanzado en igual mes del
año pasado, por $ 79.211 millones. Los ingresos totales registraron una caída real
de 8,7% año frente al mismo mes de 2019, mientras que los gastos totales
tuvieron un crecimiento de 2,3% interanual.