Informaron que la llamada “Ley del Blanqueo” -Ley 27260- modificó la normativa previsional que dio lugar al Régimen de Regularización de Deudas Previsionales, otorgando la fecha de caducidad el 23 de julio del presente año y que beneficia exclusivamente a mujeres. A través de la adhesión a la moratoria, podían regularizar deudas previsionales hasta el 31 de diciembre de 2003.
A 60 días del vencimiento de la Ley, si la moratoria no se prorroga, las mujeres no tendrían ningún tipo de cobertura previsional hasta los 65 años, edad en la que sólo podrían acceder a la Pensión Universal a Adultos Mayores (PUAM).
“Tenemos que considerar que si no actuamos con la premura que esta situación nos requiere, muchas mujeres quedarán en una situación de vulnerabilidad aún mayor, dejándolas sin protección previsional e incrementando en cinco años la posibilidad de acceder a algún tipo de cobertura”, explicaron funcionarios del área.
“La Argentina es el país con mayor cobertura previsional de la región, y en ese sentido que queremos continuar avanzando para que no existan excluidos del sistema y protegiendo a los más vulnerables, que en este caso son las mujeres”, concluyeron.
La mirada de Miguel Ángel Fernández Pastor
Cuando salió la Ley 25994 que creó el plan de inclusión jubilatoria, el diario Clarínpublicó en primera página “se aprobó la jubilación del ama de casa”. Este rótulo desvirtuó culturalmente por completo el programa y fue el motivo por el que se le hizo creer a la gente que era una dádiva en lugar de un derecho. Pero lo peor es que esta manera de llamar al plan de inclusión fue adoptado por todos, tanto los neoliberales y quienes se identifican como progresistas, provocando una penetración tan importante que, luego de 15 años, se le sigue llamando de esta manera.
Les ruego que reflexionen sobre que significa en el imaginario colectivo el “ama de casa”, alguien que no trabaja. Pero es verdad que “el ama de casa no es trabajadora”? No, por supuesto que no es verdad, pero sirve para decir algo mucho más profundo, son jubilaciones para quienes no trabajaron ni aportaron, son las planeras, las que viven del Estado. Pero ocurre que mediante el plan de inclusión jubilatoria, se incorporaron desocupados y desocupadas, quienes tenían aportes y que sus empleadores no habían depositado, aquellos que sufrieron la flexibilización laboral de los ’90 y fueron expulsados del mercado laboral formal sin poder volver a reintegrarse en el mismo, aquellos quienes toda su vida trabajaron en la economía informal, las mucamas cuyos empleadores nunca les realizaron aportes, los que vivieron toda su vida de changas y claro también las amas de casa, pero en todos los caso bajo el concepto de trabajadores y trabajadoras.