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Las empresas serán las escuelas del futuro

Foto: Rodrigo Riquelme Fuente: Rodrigo Riquelme / El economista
Compañías como Bosch, Toyota, Ford e IBM han apostado por incursionar en programas de aprendizaje para recortar las brechas de conocimiento que se enseña en las universidades y son necesarias para el sector manufacturero. 
 
Existe una brecha entre las habilidades que se enseñan en las universidades y aquellas que son requeridas por compañías de sectores como el manufacturero. Este fue el consenso entre representantes de compañías como Bosch, Toyota, Ford e IBM durante el primer track dedicado al futuro del trabajo en la historia del CES 2019, la feria de tecnología más grande del planeta.  
 
Para Jennifer Taylor, vicepresidenta de Trabajos en Estados Unidos de la Consumer Technology Association (CTA), el que ésta sea la primera vez que se dedica una serie de conferencias al futuro de la dinámica laboral frente a las nuevas tecnologías es una muestra de la importancia que ha cobrado este tema entre la sociedad.
 

La mayoría de estas empresas ha lanzado programas de aprendizaje, así como certificaciones digitales y cursos masivos vía online (MOOC, por su sigla en inglés) para capacitar más rápidamente a trabajadores potenciales. Estos programas combinan el aprendizaje en las aulas de colegios y universidades con la práctica de las capacidades en centros de trabajo.

 
La compañía alemana Bosch, que además de ser una de las empresas de manufactura más grandes del mundo, se ha convertido en un productor de alta tecnología, emplea a 400,000 personas en todo el mundo, de las cuales 64,500 están dedicadas a la investigación y el desarrollo y 27,000 son ingenieros de software, 20% de estos están dedicados únicamente al desarrollo de aplicaciones de Internet de las Cosas (IoT). “Cuando nos ponemos a pensar en cuáles son nuestras necesidades, la robótica, inteligencia artificial, análisis predictivo y el análisis de grandes datos, las capacidades que requerimos en esas áreas no están siendo satisfechas”, dijo Charlie Ackerman, vicepresidente senior de Recursos Humanos en Bosch.
 
El programa de aprendizaje de Bosch consta de una plataforma que une a la industria, el gobierno y las instituciones educativas y que ha empleado a 1,000 internos en los últimos ocho años, de los cuales ha reclutado a 65 por ciento.
 
De acuerdo con la más reciente encuesta sobre el futuro del trabajo en Estados Unidos de la CTA, el 92% de los empleadores dijo que requerirá a más trabajadores con habilidades técnicas en los próximos cinco años. Casi 75% de los consultados dijo que es difícil encontrar a candidatos con las habilidades correctas. Entre los conocimientos tecnológicos más demandados por la industria está el desarrollo de software, el análisis de datos, la ingeniería y la inteligencia artificial.  
 
La transformación ha llegado a tal extremo que la compañía automotriz de origen japonés Toyota ha lanzado un programa en 33 colegios de Estados Unidos que consiste en cinco semestres de capacitación ininterrumpidos, los cuales eliminan las clásicas vacaciones de verano de los estudiantes, “para que se parezca más a la dinámica de un trabajo real”, dijo Robert Chiapetta, director de Asuntos Gubernamentales de Toyota. De acuerdo con el directivo, el programa ha logrado una tasa de éxito de más de 80% de alumnos graduados que es mucho mayor al 40% de los alumnos de universidades tradicionales.        
 
No es casual que la directiva del área laboral para la CTA se refiera a los procesos de contratación como workforce pipelines o tuberías de fuerza de trabajo. Tampoco lo es que los métodos de reclutamiento preferidos por las empresas consultadas por la CTA sean las pasantías, que superan a los anuncios en redes sociales y a las páginas de reclutamiento laboral.
 
Esto se debe, de acuerdo con Chiapetta a que tanto las universidades como los estudiantes tienen una visión anticuada de la manufactura y al ingresar a laborar a los centros de trabajo no son capaces de adaptarse al modelo de innovación, por lo que es necesario introducir a las comunidades desde antes incluso de que los jóvenes entren a la universidad.
 
Fuente: Rodrigo Riquelme / El economista