Cosecoba fue pionera en Argentina. «En el año 2000 suscribimos convenio con una empresa, hicimos la primera inversión y compramos los primeros medidores». Desde entonces el número siguió creciendo hasta que «la inversión de este año permitió superar los 500 medidores (monofásicos y trifásicos, urbanos y rurales)». Lo que hace lenta esta reconversión es «el costo de los medidores: 180 dólares (monofásico) y 270 dólares (trifásico)».
Su objetivo esencial es proveer acceso sustentable a la electricidad para usuarios de escasos recursos o reiterada morosidad. Su cuna fue Sudáfrica donde, en 1988, la empresa Eskom desarrolló «Electricidad para Todos», un programa destinado a llevar energía al 75% de la población, que todavía no tenía luz eléctrica. Debía cumplir ciertos criterios, entre ellos «no requerir lectura de datos, alta seguridad, protección contra condiciones ambientales severas, alta confiabilidad, que muchos usuarios pudieran ser atendidos por poco personal, y sin vinculación al sistema bancario, ni al registro social, ni verificación de domicilio».
El sistema fue replicado en países como Colombia, Reino Unido y Ecuador. En Argentina, Edenor hizo una prueba piloto en Escobar, en 2001, con 100 medidores y un puesto de venta, y luego extendió el sistema a un amplio sector de Merlo. En La Pampa lo adoptaron entidades como la CEW (Winifreda) y la cooperativa de Miguel Riglos.
Colonia San José.
Ruiz recibió una gran noticia ayer: la APE otorgó un aporte de 1,5 millones de pesos para completar la renovación de líneas eléctricas en Colonia San José. «El año pasado, con recursos propios instalamos columnas de hormigón y línea de prensamblado en las zonas este y oeste, mejorando sustancialmente la calidad del servicio». Evaluaron entonces la posibilidad de «extender la renovación a los sectores norte y sur, alcanzando un 80% del casco urbano» y elevaron a la APE y al municipio un proyecto, que acaba de confirmarse. Es que la pintoresca Colonia está resurgiendo: «ya hay 37 medidores y permanentemente recibimos consultas de futuros usuarios».
Y Cosecoba también acuna sueños ambiciosos. «Deseamos producir energía limpia y renovable, mediante un parque con paneles fotovoltaicos. Adquirimos un terreno de 2,15 hectáreas, estratégicamente ubicado junto a la subestación transformadora (SET) y ya estamos limpiando y nivelándolo». De todos modos, las cooperativas siguen aguardando una reglamentación que disponga cómo se integrarán a esta actividad. «Mientras tanto, vamos sentando las bases», dice Pedro.