El pánico fue en aumento porque no lograban abrir las puertas. El héroe fue Liu Dahai, que trabaja como conductor de autobús, pero que en ese momento era un pasajero más. Él logró forzar una salida para todos.

 

Eran tantas personas que terminaron tropezando y cayendo en el pavimento, en pleno centro de Harbin, en la provincia de Heilongjiang. Algunos comerciantes se acercaron para ayudarlos y para apagar el fuego con extintores.

 

Al menos tres personas resultaron heridas. Dos mujeres y un hombre debieron ser atendidos por quemaduras en las manos y en la cabeza.

 

Cuando llegaron los bomberos, el autobús ya estaba completamente carbonizado. Por el momento se desconoce qué provocó el incendio.