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Fin de año sin sobresaltos en el arbolito vernista

No ha sido fácil la convivencia entre el gobierno del PJ pampeano y el del presidente Mauricio Macri en sus dos primeros años. De hecho, no se espera que todo sean abrazos en adelante, si bien el nivel de confrontación bajó tras las elecciones legislativas. Son los nuevos tiempos del país de Cambiemos y su política del reformismo permanente que avanza por sobre un peronismo dividido.

En ese marco el gobernador Carlos Verna finaliza su segundo año de mandato, y si bien la administración macrista lo puso en una situación incómoda, este diciembre termina nuevamente sin sobresaltos en lo económico. Aunque sin mayores holguras. El "vivir con lo justo" ha sido una de las principales frases para definir en el Ministerio de Hacienda el transcurso de mes a mes y los permanentes cálculos financieros para sostener la provincia.

Lejos está la realidad actual de Verna, tanto de su gestión como la del país, de lo que soñaba en 2015 cuando estaba de campaña. De los proyectos pensados y prometidos, tuvo que pasar a administrar las cuentas flacas que le quedaron entre las restricciones provinciales (las deudas que le dejó el jorgismo) y las nacionales (con los fondos ajustados por el macrismo). En este final de 2017, todo parecía indicar que los límites a la caja pampeana se iban a incrementar tras la firma del pacto fiscal promovido por Cambiemos y al que accedieron casi obligados los mandatarios provinciales del PJ.

Sin embargo, y a pesar de este panorama, la economía vernista finaliza el año sin sobresaltos. Puertas adentro de La Pampa el PJ ha sabido "alambrar" la provincia para blindarse de las acechanzas nacionales. Como parte de su política interna, Verna aseguró la "paz social" con los empleados públicos en una paritaria expeditiva y sin conflicto. El aumento del 3% sobre el básico y un bono fijo que no todas las provincias han podido concretar, y con un monto de 6.000 pesos, sellaron el acuerdo. La idea es sostener que los salarios estatales no estén por debajo de la inflación y que toda esa masa de dinero impacte en la economía provincial. A esta situación de cierta armonía con el sector laboral del Estado ayudó, por ejemplo, el "efecto Ganancias" que tuvieron durante 2017 los sueldos de docentes, profesionales de la salud y policías pampeanos fundamentalmente que quedaron eximidos de pagar el impuesto.

Además, algunos de los puntos del pacto fiscal que podrían haber impactado puertas adentro tampoco parecen afectar a La Pampa: no se bajarán las jubilaciones provinciales (ni multas de Nación por armonizarlas) y se mantiene el beneficio de eximir de Ganancias a los empleados públicos.

En lo legislativo, el Presupuesto y la Tributaria, que contienen en parte el pacto fiscal, se aprobarán en la Cámara de Diputados sin demasiados inconvenientes. El PJ mantiene unido su frente interno con la suma de aliados de partidos peronistas y seguramente tendrán el voto de Cambiemos, ya que sus legisladores deberían avalar el acuerdo firmado entre Provincia y Nación.

El Presupuesto cierra con lo justo, pero se espera que uno de los puntos del acuerdo con Nación empuje dinero a la provincia que sería volcado en obras públicas. El reconocimiento y posterior financiamiento del déficit de las cajas previsionales por parte de Nación liberará fondos de rentas generales para la gestión. Uno de los puntos a favor que tuvo para La Pampa la firma obligada del consenso macrista.

Los municipios tampoco terminaron mal el año, se reconoce desde el gobierno provincial que "están mejor que la Provincia" en cuanto a fondos, pero que "ha sido duro por la falta de trabajo que se ha sentido y a que hay más demanda social". Algunos municipios, que suman una quincena, estarían complicados para pagar el bono sin ayuda de la Provincia, pero son los que históricamente tienen problemas de recaudación.

Finalmente, como ocurre a nivel nacional con el presidente Macri, ha sido en lo político más que en lo económico donde Verna ha tenido su fortaleza. Después de ganar unas elecciones legislativas con una remontada histórica, el fallo de la Corte Suprema por el río Atuel que le dio la razón a La Pampa en sus reivindicaciones y el sentar al gobierno de Mendoza en una mesa a acordar el uso del río, fueron dos victorias que bien diluyeron cualquier flaqueza en materia económica.

Las cuentas del Estado provincial cierran, y hay problemas en la economía pampeana por efecto de medidas nacionales, pero lejos se está en La Pampa de una crisis social. En este fin de año las cuentas pampeanas no lucirán lo resplandeciente que pudiera pretender el gobierno del PJ, pero todavía la provincia se sostiene como una de las más sólidas. Al arbolito navideño de la economía vernista le pueden faltar luces, pero no regalos.

 

por Norberto Asquini

Norberto Asquini es Licenciado en Ciencias Sociales (UNQ) y periodista.

Es autor de los libros:

“El informe 14. La represión ilegal en La Pampa 1975-1983” (2008) en coautoría con Juan Carlos Pumilla;

“Días de odio. De la Libertadora a la Revolución del 56 en La Pampa” (2011);

“Crónicas del fuego. Luchas populares, peronismo y militancia revolucionaria en La Pampa de los 70” (2006), entre otros.

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