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Hoy es el Día Mundial del Sueño. ¿Cómo afecta a tu corazón dormir mal o poco?

FUENTE: European Society of Cardiology
El Día Mundial del Sueño (en inglés: World Sleep Day) es celebrado el viernes anterior al equinoccio de Marzo. Durante este día se realizan diversas actividades en todo el mundo, con el objetivo de llamar la atención sobre distintos problemas vinculados al sueño: incluyendo la medicina, la educación y los aspectos sociales.
 
Hoy 16 de marzo se celebra el Día Mundial del Sueño, jornada que es promovida por la Asociación Mundial de Medicina del Sueño,  quienes intentan aumentar la conciencia social sobre los trastornos de sueño y el problema que estos representan para la sociedad.
 
Daniel Pérez Chada, director de la Clínica del Sueño del Hospital Universitario Austral, explicó que en la Argentina el 15% de los adultos duerme menos de 6 horas, cuando la recomendación para la edad adulta es de entre 7 y 8 horas; el 14% percibe mala calidad del sueño y el 22% tiene excesiva somnolencia diurna.
 
"Las personas sanas, que no tienen enfermedades del sueño, duermen mal por pautas culturales, demandas sociales, horarios rotativos o características de su trabajo, ven deteriorada su cantidad y calidad de sueño", agregó el especialista.
 
Sin embargo, hay mitos instalados sobre qué se debería hacer (y qué no) antes de ir a dormir para poder descansar bien, que Pérez Chada separó y expuso:
 

Qué hacer

 
- Dormir en un ambiente con la mayor aislación del ruido posible.
 
- La temperatura en la habitación no debe ser alta.
 
- Mantener regulado el horario para irse a dormir.
 
- Evitar la actividad física muy intensa en las horas previas.
 

Qué no hacer

 
- Beber alcohol: muchos creen que van a tener un sueño mejor. Puede inducir un sueño muy profundo, pero cuando se disipa los efectos del alcohol, las personas entran en una situación de sueño irregular, superficial y fragmentado.
 
- No llevar comida ni trabajo a la habitación, porque esto distorsiona la percepción del cerebro de que este ambiente no se utiliza para dormir.
 
- Evitar las comidas copiosas.
 
- Evitar tomar café en grandes cantidades a partir de las 6 de la tarde.
 
- Jet lag social: adicción hacia la tecnología en las noches donde el sistema nervioso central recibe una cantidad de luz muy importante a través del ojo y eso hace que el cerebro interprete que la noche es el día.
 
Con respecto al sueño en los jóvenes y adolescentes, el médico añade que "está demostrado que los que menos duermen tienen menor rendimiento escolar. En en ellos es muy importante porque, a diferencia de los adultos, está bien reglado que deben dormir 9 horas porque los que duermen menos, según un relevamiento que hicieron en todo el país, tienen notas más bajas". 

 

Dormir poco o mal es perjudicial para tu corazón

 
Dormir mal no te dejará simplemente con cara de sueño, también se asocia con los accidentes cerebrovasculares (ACV) y con un menor suministro de sangre al corazón, según un estudio reciente.
 
"Dormir mal" incluye dormir demasiado poco o demasiado tiempo, tener dificultades para quedarse dormido y tener dificultades para seguir dormido, comentó el investigador principal, el Dr. Nobuo Sasaki.
 
"Dormir mal se asocia con las enfermedades cardiovasculares... pero el tipo de problemas del sueño que son más riesgosos no está bien documentado", dijo Sasaki, de la Comisión de Víctimas de la Bomba Atómica de Hiroshima, en Japón.
 
Los investigadores se propusieron estudiar los problemas del sueño asociados con el ataque cardiaco y la angina de pecho (la enfermedad arterial coronaria) y el ACV.
 
La enfermedad arterial coronaria es provocada por el estrechamiento de las arterias cardiacas. Esto significa que al corazón llegan menos sangre y oxígeno, lo que aumenta el riesgo de ataque cardiaco y de dolor de pecho (angina), según la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association).
 
El estudio observacional contó con casi 13,000 hombres y mujeres que viven en Hiroshima. Esas personas, con un promedio de 68 años de edad, estaban inscritas para recibir un chequeo anual de su estado de salud. Casi 800 tenían antecedentes de ataque cardiaco, angina u otras afecciones asociadas con una reducción del flujo sanguíneo en el corazón. Los investigadores dijeron que 560 tenían antecedentes de ACV, y aproximadamente 11,500 no presentaban ninguna evidencia de enfermedad cardiaca.
 
 
Los voluntarios rellenaron un cuestionario sobre sus hábitos de sueño. Había siete posibles puntuaciones del sueño que variaban desde una opinión personal leve respecto a un sueño de mala calidad hasta una pérdida de sueño que alterara el funcionamiento diario normal. Cuanto mayor era la puntuación, peor era la calidad del sueño de los participantes, indicaron los autores del estudio.
 
Entre los pacientes con una enfermedad arterial coronaria previa, el 52 por ciento dormían mal. Lo mismo fue cierto para el 48 por ciento de los supervivientes a un ACV y para apenas el 37 por ciento de los que no tenían antecedentes de enfermedad arterial, mostraron los hallazgos.
 
El estudio no muestra una relación causal directa. Aun así, los resultados "respaldan la hipótesis de que un deterioro del sueño podría llevar a sufrir una enfermedad cardiovascular", dijo Sasaki en un comunicado de prensa de la Sociedad Europea de Cardiología (European Society of Cardiology).
 
Cuando los investigadores tomaron en cuenta otros posibles factores contribuyentes, encontraron un vínculo significativo entre dormir mal y la enfermedad arterial coronaria.
 
Despertarse por la noche, no dormir lo suficiente y la fatiga durante el día se asoció con una reducción del flujo sanguíneo al corazón. Tener problemas para quedarse dormido y depender de las pastillas para dormir se asoció con la enfermedad arterial coronaria y con el ACV, encontró el estudio.
 
"La proporción de personas que sufren problemas del sueño es más o menos 1.5 veces más alta entre los pacientes con una [enfermedad arterial coronaria] o un ACV previos que entre los que no tienen antecedentes de enfermedad cardiovascular", dijo Sasaki.
 
"Fue interesante ver que solo los pacientes con [la enfermedad arterial coronaria] reportaron tener dificultades para permanecer dormidos y una duración corta del sueño", añadió. "La dificultad para seguir durmiendo refleja un aumento en la fragmentación del sueño, lo que se refiere a que la persona se despierta durante momentos breves". Dijo que esto provoca una hiperactividad del sistema nervioso simpático y el eje adrenocortical, que es el sistema de respuesta al estrés del cuerpo.
 
Los resultados del estudio se presentaron el martes en la reunión anual de la Sociedad Europea de Cardiología, en Barcelona, España. Los hallazgos se deben considerar preliminares hasta que se publiquen en una revista médica revisada por profesionales.
 
FUENTE: European Society of Cardiology, news release, Aug. 29, 2017
 

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