Un error en salida del chileno Marcelo Díaz en las proximidades del arco defendido por Claudio Bravo generó la única conquista del compromiso y determinó la consagración de la juvenil selección teutona liderada por Joachim Löw.
La presión de Timo Werner fue determinante y la posterior finalización de Lars Stindl, quien añadió sin apuro el balón a las redes rivales a los 21 minutos de juego, fue suficiente para que la representación alemana celebre el título del certamen.